En el año 2022 se produjeron, en la Comunidad de Madrid, más de 170 agresiones homófobas que se ejecutaron, principalmente, por hombres jóvenes menores de 30 años que no pertenecían, de forma activa, a ningún grupo violento.
Así lo refleja el último Observatorio contra la LGTBIfobia puesto en marcha por la asociación Arcópoli con datos del pasado año. Según el citado informe, las casi doscientas agresiones se produjeron en manos de 218 agresores que aparentaban tener de 18 a 30 años en el momento de cometer la agresión (46,6% del total) y el 15% eran menores de edad. Es decir, que seis de cada 10 agresores que ejecutaron delitos de odio eran menores de 30 años.
Este mismo informe también confirma estadísticas de otras fuentes en las cuales se refleja que la mayoría de las agresiones se realizan a varones y por varones. Concretamente, en el último año, el 82,2% de los atacantes fueron hombres.
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Al contrario de lo que podría parecer, el estudio no ha encontrado relación entre personas que pertenecen a grupos violentos organizados contrarios a derechos de las personas LGTBI con estas agresiones. Sólo en 8 de los 170 ataques se identificaron personas que pertenecieran a este tipo de agrupaciones.
Eso sí, cuando se han localizado pruebas que dejaban ver esta vinculación, siempre ha estado ligado a la extrema derecha. Seis de ellos pertenecían a grupos neonazis y en los otros 2 los hubo indicios de pertenencia a otros grupos de extrema derecha.
La víctima: menor de 40 años
Los agresores son visiblemente más jóvenes que sus víctimas. En este caso, la edad más habitual es la franja de 18 a 30 años (40,1% de los casos), seguida de la franja de 31 a 40 años (33,8%).
A partir de ahí, el número de víctimas va disminuyendo: personas de 41 a 50 años con un 9,1%, de 51 a 60 con el 8,4% y de 61 a 70 años con un solo caso (0,7%). Hubo 11 víctimas menores, el 7,7% del total.
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En lo que respecto al género, 7 de cada 10 víctimas fueron hombres, el 26,3% mujeres, y 2,6% de personas agredidas que se definieron como no binarias. De todas las víctimas, el 17,1% eran personas trans.
Normalmente, estos ataques suelen producirse por personas que no conocen a la víctima aunque, según este último estudio, en 4 de cada 10 casos no ha sido así. Cuando se conoce al agresor suele ser un familiar, compañeros de piso, de trabajo o de otros ámbitos vitales, vecinos, etc.
No se denuncia
Uno de los grandes problemas que se tiene a la hora de notificar estas agresiones es la falta de denuncias. Sólo el 45,3% de los incidentes registrados fueron denunciados o notificados a las autoridades por las diferentes vías de que dispone la ciudadanía, mientras que el 54,3% no fueron denunciados ante ninguna instancia oficial.
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El año pasado el Observatorio registró 173 incidentes diferentes en 27 localidades de la Comunidad de Madrid. El municipio que más registra es la capital, con 126 registros, casi el 73% del total, seguido por Parla, Móstoles y Alcalá. En la capital, todo se concentró en el distrito Centro (33, el 26,2% del total), seguido de lejos por Carabanchel, Villaverde y Chamberí, con 5.
Los colegios (15 agresiones), centros de trabajo (13) y medios de transporte (10) son los otros espacios donde también se dan este tipo de situaciones. Aunque parezca difícil, el ocio nocturno y la hostelería son lugares menos peligrosos para una persona LGTBI que un colegio. En estos ambientes sólo se registraron 8 agresiones.
Aunque las agresiones que más salten a los medios son las físicas, el colectivo debe convivir con repetidas agresiones verbales, que son la mayoría de las denunciadas (casi el 29% del total), seguido por las agresiones físicas (24 casos, casi el 14% del total); alcanzando los daños a la propiedad el tercer puesto con 23 incidentes (13,3%).
Este informe ha notificado, además, cinco casos de presuntas terapias de conversión (2,9%) que, supuestamente, están prohibidas en nuestro país.