La comunidad autónoma de Galicia anunciaba hace unas semanas que estaba elaborando un borrador para prohibir la venta de bebidas energéticas a menores. Esto cumplía una doble función: por un lado, se señalaban sus efectos perjudiciales para la salud y por el otro, se prohibía su venta a aquellos que no hubieran cumplido los 18 años.
Tras el anuncio fueron muchas las regiones que mostraron su disposición a seguir los pasos de Galicia. Todas menos la Comunidad de Madrid que, pese al ruido generado alrededor de este tema, ha preferido guardar silencio.
Fuentes de la Consejería de Sanidad de Fátima Matute confirman a Madrid Total que no van a hablar con el tema y que toda interlocución sobre este aspecto se debe hacer con el Ministerio de Sanidad.
No descartan que estén valorando, prohibir o no la venta de estas bebidas a menores de edad, pero tampoco lo confirman. "No vamos a decir ni si se ha valorado", cierran.
La presión sobre Madrid es cada vez mayor. No sólo por las regiones que están anunciando medidas similares, muchas de ellas también gobernadas por el Partido Popular, sino por la presión de su propia oposición.
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Este mismo viernes, el grupo parlamentario Más Madrid ha registrado en la Asamblea una iniciativa para prohibir la venta de estos productos, remarcando, además, sus efectos perjudiciales para la salud de los más jóvenes.
"Las bebidas energéticas no dan alas a los menores, les producen ansiedad y taquicardias. Galicia ya las ha prohibido y ocho comunidades autónomas están estudiándolo. Madrid no puede ser una anomalía", declaraba Mónica García, sumándose a las voces críticas, muchas de ellas con respaldo científico, que critican estas bebidas.
En su argumentación de motivos, Más Madrid asegura que la comunidad debe "tomar medidas decisivas para restringir la venta de bebidas energéticas a menores de edad" ante el aumento en su consumo y "los efectos negativos que pueden tener en la salud".
Además de esta restricción, la proposición no de ley (PNL) sugiere otras acciones, como limitar la publicidad de estos productos, regular su contenido y establecer requisitos específicos de etiquetado.
Es cierto que el consumo de bebidas energéticas entre adolescentes no ha dejado de aumentar y, según la última encuesta sobre el uso de sustancias en estudiantes de secundaria en España (ESTUDES), el 45% de los estudiantes adolescentes ha consumido al menos una lata de estas bebidas en el último mes.
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El Comité Científico de la AESAN ya ha advertido sobre los riesgos potenciales para la salud asociados con la ingesta de productos en envases de 300 a 500 mililitros que actualmente se comercializan. Además, el consumo excesivo de bebidas energéticas se ha relacionado con la inactividad física, el aumento del tiempo de pantalla y un nivel socioeconómico bajo.
La AESAN también destaca una mayor prevalencia del consumo de diversas drogas entre estudiantes que han consumido bebidas energéticas con alto contenido de cafeína, especialmente cuando se mezclan con alcohol. Este consumo conlleva riesgos para la salud cardiovascular y alteraciones psicológicas relacionadas con los hábitos de sueño y descanso.
Otras regiones
Además de la ley que ya está preparando Galicia, desde Castilla y León ya han confirmado que están estudiando esta posibilidad.
Algo parecido a lo que va a hacer la Comunidad Valenciana. Van a encargar un estudio "sensato y sereno" a la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones para decir si toman la decisión o no.
Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, La Rioja y País Vasco también se han pronunciado sobre este tema, asegurando que estudiarán esta medida. En Aragón, por el contrario, no se plantean prohibir su venta, pero sí quieren tomar acciones para concienciar a los adolescentes de su riesgo.