El suelo de Alcalá de Henares no deja de sorprender a sus vecinos. Tras encontrar intacto un refugio antiaéreo de la guerra civil española, el Ayuntamiento de la capital ha localizado los restos de la muralla medieval que, en el siglo XVI, pudo proteger la ciudad y, concretamente, a sus vecinos durante las guerras civiles de ese siglo.
Un descubrimiento "muy útil" y que deja constancia de que el plan de las "buenas prácticas" para la protección del patrimonio que hay en la región. Puesto que se han encontrado estos restos arqueológicos durante las obras para acondicionar la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Alcalá de Henares. "Si no hubiera una supervisión arqueológica, habrían pasado desapercibido".
En concreto, se ha localizado una base de arcillas de color rojizo amarillento, la cimentación y parte del alzado, incluso con los revocos, que pertenecen al viejo lienzo mandado construir en las últimas décadas del siglo XIV para reforzar las defensas del palacio de los arzobispos de Toledo. En esos momentos, señores de Alcalá.
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Los restos de esta antigua muralla se han localizado junto a la Puerta de Madrid, por lo que se presupone que es la que rodeaba el recinto del Palacio Arzobispal.
Como ocurría en el descubrimiento del refugio antiaéreo, había documentos que dejaban constancia de la existencia de este tramo de la muralla, pero se desconocía si iba a estar completa o quedaba solo un vestigio de la misma.
Vicente Pérez Palomar, concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, explica a Madrid Total que en este caso el descubrimiento es muy útil a nivel técnico, pero no merece una musealización ni una puesta en valor.
Qué se ha encontrado
La muralla permite ampliar el conocimiento sobre la trama urbana de la ciudad medieval, el importante papel defensivo de la puerta de Madrid y la potencia de las defensas organizadas por Pedro Tenorio en el turbulento siglo XIV para proteger el Palacio Arzobispal.
La parte de lienzo hallada ahora formaba parte del tramo que conectaba la torre número XIII con la Puerta de Madrid. Esa parte de la muralla fue demolida en los años 60 del pasado siglo XX junto con la casa que se encontraba adosada a la torre XII (esquina de Andrés Saborit con Puerta de Madrid).
El recinto amurallado es el vestigio más importante que ha llegado hasta nuestros días de la Alcalá medieval, el Burgo de Santiuste o Alcalá de Santiuste que comenzó a crecer en torno al templo de los Santos Niños tras la repoblación que siguió a la reconquista cristiana de este territorio por parte del arzobispo Bernardo de Sedirac en 1118.
Siguen los trabajos
El concejal de Patrimonio explica que, gracias a este descubrimiento, ahora conocen más sobre cómo funcionaba esa puerta (muy importante en su papel defensivo) en un momento de gran inestabilidad.
Hay que recordar que, en su levantamiento, era un momento de guerras civiles como la que se vivió entre Pedro I el Cruel y Enrique II. "Para que la población pudiera protegerse de los posibles asaltos, Pedro Tenorio refuerza a primera muralla con este perímetro interior", explica Pérez.
A modo de síntesis, añade que el terreno que rodeaba la segunda muralla que ahora se ha encontrado servía para que "si la cosa se ponía fea, la gente iba al segundo recinto amurallado".
Su descubrimiento también ha sido muy útil para descubrir la extraña forma de construir que tenían en Alcalá de Henares. Un estilo propio por el que, antes de cimentar, ponían una primera capa de arcillas rojizas "para aislar la cimentación de la humedad del suelo y, sobre ello, la muralla".
Este descubrimiento no va a paralizar las obras que ya se han iniciado, su importancia, como resalta el encargado de Patrimonio, es "interesante" a nivel científico, pero no tiene la excepcionalidad necesaria para musealizarlo porque, a su lado, están las murallas in situ.
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Las leyes madrileñas tienen una serie de directrices a nivel regional por las que hay que llevar a cabo buenas prácticas a la hora de proteger el patrimonio.
Una de esas medidas es la de actuar con supervisión arqueológica en lugares como Alcalá de Henares. "Esto te permite encontrar estos resultados y hacerlo público, con transparencia. Comunicándolo a la ciudadanía", añade.
La alcaldesa de la ciudad, Judith Piquet, ha destacado del hallazgo el gran "tesoro arqueológico" que supone. "Vemos aflorar unos vestigios de la Alcalá medieval, de esa Alcalá de Santiuste que ya en el siglo XIV era una estratégica plaza fuerte en el corazón de Castilla", ha destacado.
Pero, como la gran ciudad que es, la historia de Alcalá todavía no ha terminado de descubrirse. De hecho, fuentes consistoriales ya han adelantado que en unos días, en el marco de la Fitur, se anunciarán novedades sobre Complutum, la gran joya arqueológica del pasado romano en el centro de España.
Alcalá de Santiuste
La reconquista cristiana de Alcalá fue a cargo de don Bernardo de Sedirac (†1128) en el 1118. Tras este hecho, Alfonso VII donó la villa de Alcalá a los arzobispos de Toledo en 1129, que a partir de este momento se convertirán en los señores, tanto temporales como espirituales, de todo el territorio.
Para asentar las bases de esta nueva ciudad, los nuevos dueños mandan repoblar el emplazamiento del valle, que será denominado Burgo de Santiuste o Alcalá de Santiuste, para diferenciarlo de la Alcalá del margen izquierda del Henares.
Como toda ciudad reconquistada, es necesario instaurar unos lugares de culto, por lo que (de forma casi inmediata) se recupera el culto en el templo de los Santos Niños, probablemente con una fundación monástica.
Ya a principios del XIII hay documentada la presencia del Palacio, que debía de estar ubicado en su lugar actual. Es a partir de este momento, y alrededor del Palacio, sobre el que se inicia el cercado de la villa con un potente alcázar y buenas defensas.
Todo el conjunto urbano quedaba abrazado por la cerca o muralla que levantara Jiménez de Rada. El arzobispo Tenorio (1377-1399) amplía el recinto y además edifica la cerca interior con sus torres, entre las que destaca el torreón de Tenorio.
Esta cerca interior da lugar a un espacio defensivo interior llamado como "albacar" (espacio de refugio para la población), lugar en el que hoy en día se ubica Huerta del Palacio Arzobispal.
El espacio se cerraba con una muralla que conectaba la torre número XIII con la Puerta de Madrid, muralla que, junto con la casa que se encontraba adosada a la torre XII (esquina de Andrés Saborit con Puerta de Madrid) fue demolida en los años 60 del pasado siglo XX.