No suele ser habitual que los sindicatos profesionales se manifiesten con motivo del 8-M por el Día Internacional de la Mujer. Una excepción que siempre suelen romper las enfermeras, pues consideran que, por ser mayoritariamente mujeres y ser enfermeras, están doblemente discriminadas en las políticas sanitarias.
Así lo han denunciado en múltiples ocasiones y lo volverán a hacer este 8 de marzo a las puertas del Hospital Universitario de La Paz donde SATSE Madrid ha organizado una concentración a las 11:00 horas para exigir "respecto profesional y un cambio real que permita el crecimiento y reconocimiento del papel que juegan las enfermeras en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
A su parecer, las enfermeras, en el que el 85% del colectivo son mujeres, siguen excluidas de la toma de decisiones a pesar del avance conseguido en convenios, legislaciones y normativas.
En este sentido, recuerdan que fueron las enfermeras las que estuvieron mayoritariamente al lado de los ciudadanos durante la pandemia, las que prestaron asistencia en los centros de salud, las que acudieron a los domicilios, etc. y, sin embargo, "siguen relegadas a un papel secundario en el diseño de políticas sanitarias, exclusivamente por el hecho de ser mujeres y enfermeras".
Desde Satse, sindicato mayoritario en la profesión enfermera, manifiestan que están "hartas" de la discriminación y el desinterés de las Administraciones a las que acusan de "no hacer todo lo que deberían hacer".
Con esta movilización pretenden exigir respeto profesional y un cambio estructural y social que permita su crecimiento y reconocimiento.
Son pocos los puestos directivos dentro de la Administración pública o privada que ocupan las mujeres, por ello quieren tener más reconocimiento. "Estamos altamente cualificadas para la generación de políticas reformistas en el sistema sanitario".
Techos de cristal
Aunque en pleno siglo XXI se sobreentiende que una mujer no debería de encontrar trabas para escalar profesionalmente, SATSE Madrid asegura que sí las hay.
"Se ponen techos de cristal al avance de las profesionales desde algunos estamentos que consideran que los cuidados son ‘poco importantes’ al ser desempeñados mayoritariamente por mujeres, sin tener en cuenta que hay profesionales altamente cualificadas que podrían ocupar cargos de gran relevancia y que no pueden hacerlo", critican.
A su parecer son los propios "patrones culturales", donde la mayoría de la sociedad considera que los cuidados deben ser realizados casi exclusivamente por mujeres, los que "restan valor" a la tarea que realizan estas profesionales sanitarias.
"El Índice de Normas Sociales de Género 2023, recoge que 9 de cada 10 hombres y mujeres tienen prejuicios fundamentales contra las mujeres, siendo éste un problema global que afecta a todas las regiones del mundo, independientemente del nivel de desarrollo alcanzado, así como el nivel de ingresos, desarrollo o cultura", cifran.
No es la primera vez que el sindicato alza la voz en temas relacionados con el poco valor que se le da la enfermera o sus prejuicios. Cada carnaval y cada Halloween denuncian la sexualización de la profesión con indumentarias irreales.
Insisten en que la profesión, desde sus inicios, ha estado muy marcada por las consideraciones de género, lo que ha condicionado su desarrollo y crecimiento profesional. "En la actualidad, aunque se deberían haber superado los roles sexistas, se sigue marginando a estas profesionales".
Qué piden
Las enfermeras, entre otras demandas, reclamarán una nueva clasificación profesional acorde con la ordenación actual de los títulos universitarios, el desarrollo competencial experimentado por la profesión en los últimos años y la evolución social.
[Siete de cada diez profesionales del Sistema Nacional de Salud agredidos son mujeres]
En concreto, se pedirá al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que coordine los distintos ministerios implicados en la reforma del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP). Una Ley que discrimina, en la actualidad, a esta profesión, apunta SATSE.
También se pondrá el foco en el hecho de que las enfermeras se enfrentan a otras discriminaciones, como la falta de reconocimiento a la dureza de sus condiciones y riesgos laborales, lo que les impide poder acceder a la jubilación anticipada voluntaria; sufrir estereotipos sexistas; un mayor número de agresiones físicas y verbales y dificultades de conciliación.