Isabel Díaz Ayuso y su novio, Alberto González, en el Festival Mad Cool 2023.

Isabel Díaz Ayuso y su novio, Alberto González, en el Festival Mad Cool 2023. Europa Press

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La empresa del novio de Ayuso pasó de 27.000€ de beneficio a casi 2M en 2022 tras la inspección fiscal

La sociedad principal de Alberto González Amador incrementó el resultado neto del ejercicio un 6.725%. Otra empresa, comprada a finales 2020 y sin empleados, declaró 250.000 euros de ganancias en 2022.

13 marzo, 2024 03:22
Jorge Calabrés Arturo Criado

Maxwell Cremona Ingeniería y Procesos para el Fomento del Medioambiente SL es la sociedad principal de Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso. Esta empresa de la actual pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid pasó de dar unos beneficios de 8.425 euros en 2020 a 1,89 millones en 2022.

La Fiscalía Provincial de Madrid presentó una denuncia contra González Amador el pasado 5 de marzo por considerar que el empresario había defraudado 350.000 euros a Hacienda en los ejercicios de 2020 y 2021 a través de facturas falsas y empresas pantalla. 

Tras conocer la inspección de la Agencia Tributaria, Maxwell Cremona, sociedad cuya actividad está dedicada a "servicios técnicos de ingeniería y otras actividades relacionadas con el asesoramiento técnico", incrementó el resultado del ejercicio un 6.725% en comparación con 2021. González Amador había declarado que esta empresa había tenido sólo 27.000 euros de beneficio aquel año, cuando comenzó su relación con Díaz Ayuso. 

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A finales de 2020, la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid compró otra empresa llamada Whitaker Medical Supplies and Health Process. En lo que respecta a su actividad principal, aunque se resuma en apoyo a "empresas", consiste también en "consultoría y asesoramiento de directivos".

Además, aparece que la finalidad de esta segunda compañía es la compraventa, distribución y exportación de productos sanitarios y de parafarmacia, consumibles, equipos sanitarios, etc.

Esta sociedad no tenía empleados y tuvo unas pérdidas de 222.000 euros en 2021. Después de que comenzara la inspección fiscal, González Amador presentó unas ganancias de 253.000 euros para esta firma. 

Según consta en la denuncia, "dicha empresa carece de medios materiales para prestar esos servicios, los cuales se prestaban con medios de Maxwell Cremona, buscando con esa conducta un ahorro fiscal al trasladar parte de la actividad a una sociedad vinculada con él, con la finalidad de generar bases imponibles negativas en Masterman & Whitaker SL a compensar en el futuro con los beneficios que aquella pudiera obtener".

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Según los datos de las cuentas de Maxwell Cremona, la cifra de ventas decreció un 23% entre 2021 y 2022. A pesar de ello, el incremento en la rentabilidad económica de la empresa se disparó hasta el 128% después de que la Agencia Tributaria comenzara su investigación. 

Esto se produjo, sobre todo, debido a que en 2021 se declaró 1 millón de pérdidas en abastecimientos -el dinero dedicado a compras, recepción, almacén e inventarios-, mientras que al año siguiente la sociedad de González Amador justificó un resultado positivo en este apartado de casi 900.000 euros. Además, los gastos de explotación pasaron de generar un desembolso de 164.000 euros a unos ingresos que superaban los 600.000 euros. 

Otro dato a destacar es que el patrimonio neto de Maxwell Cremona ascendió de los 49.000 y 77.000 euros en los ejercicios denunciados por la Fiscalía a 1,9 millones en 2022.  

La inspección de Hacienda sostiene que de todos los gastos presentados por las empresas de la pareja de Díaz Ayuso, 1.748.580,63 euros corresponden a desembolsos simulados y servicios que no se realizaron. 

En 2020, el año más duro de la pandemia, los ingresos de la principal sociedad del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid ascendieron a los 2,3 millones de euros, lo que supuso un incremento de casi 2 millones respecto a 2019. Al año siguiente el importe neto de la cifra de negocios fue de 1,3 millones y en 2022 de un millón. 

La denuncia de la Fiscalía contra González Amador le acusa de cometer dos delitos fiscales por más de 350.000 euros (155.000 en 2020 y 195.951 en 2021) y uno de falsedad documental por crear 15 facturas falsas cargadas contra las cuentas de su empresa a través de sociedades pantalla. Estos gastos presuntamente ficticios ascenderían a 1,7 millones. 

25 años de experiencia

Alberto González Amador se dedica desde hace 25 años a la consultoría de los servicios de prevención laboral, área donde tiene una gran reputación y experiencia tras trabajar para varias mutuas y clientes.

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Su principal actividad es la prestación de servicios para la mejora de los procesos y de la eficiencia energética, "incluyendo la consultoría organizacional y la auditoría energética". También desarrolla, a través de su empresa, proyectos para la promoción medioambiental y sostenibilidad de los recursos.

La compañía se constituyó en junio del 2016. Según fuentes del sector sanitario, este tipo de compañías son muy habituales y suelen dedicarse, principalmente, a temas legislativos (marcos normativos de aspectos de seguridad laboral), asesoramiento y programas de salud laboral y coordinación de equipos. 

Además de la dos empresas por las que ahora le investigan, el novio de Ayuso gestiona una tercera cuyos objetivos comerciales están completamente alejados del mundo sanitario o la auditoría. 

En este caso, su papel es diferente y, como administrador solidario, está al frente de October Twelve Accomodation SL, una empresa con un capital social de 210.000 euros constituida en marzo de 2022 y que se dedica a la "explotación de actividades turísticas".

Tal y como publicó este diario, Díaz Ayuso y González Amador se mudaron hace poco a un piso del distrito de Chamberí, en el centro de Madrid. La vivienda fue comprada en 2022 y está a nombre de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Se trata de un piso de 183 metros cuadrados que está tasado en 837.893,61 euros y sobre el que pesa una hipoteca de 500.000 euros, también a nombre del empresario.

La presidenta Ayuso, y todo el Partido Popular, han marcado distancias entre la investigación y la gestión de la Comunidad de Madrid.