El destacamento de la Guardia Civil ubicado del Valle de los Caídos, oficialmente denominado Valle de Cuelgamuros, se retira temporalmente de su puesto para dejarlo en manos de agentes de seguridad privados, tal y como explica un portavoz de la Benemérita a este periódico.
Al parecer, tal y como indican las citadas fuentes, se concedió un permiso a los agentes destinados a la vigilancia de Valle de Cuelgamuros y, ante la falta de personal en el destacamento ubicado en El Escorial, se ha decidido que sean miembros de la seguridad privada los que se encarguen de su protección.
Fuentes de la Benemérita indican que, ante este tipo de situaciones, siempre se complementan con el destacamento que se dedica a Patrimonio Nacional. Por otro lado, las citadas fuentes no especifican sobre si es una situación que se haya dado a menudo o en otras ocasiones entre Guardia Civil y seguridad privada.
[Ayuso otorga una medalla extra del 2 de mayo al guardia civil que murió en San Agustín de Guadalix]
Desde Patrimonio Nacional indican que no tienen ninguna información que añadir y aseguran que todos los puestos de vigilancia estarán cubiertos.
Tal y como publica 'La Razón', el destacamento de la Guardia Civil se compone de "un sargento, un cabo y diez guardias", una información recogida en las primeras disposiciones del destacamento de la Guardia Civil en el Valle de los Caídos publicada en el año 1959. Un portavoz de la Guardia Civil indica que desconoce si ha cambiado el número de agentes a cargo de este destacamento.
Aplicación de la Ley de Memoria Democrática
Por otro lado, el Gobierno quiere impulsar la aplicación de la Ley de Memoria Democrática para, por ejemplo, culminar antes de dos años el proceso de "resignificación" del Valle de Cuelgamuros, denominación con la que se conoce ahora al Valle de los Caídos, según fuentes del Ejecutivo.
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Luis Torres, expuso a principios de abril en la reunión del Consejo de Ministros un informe sobre la aplicación de la norma y salió con la voluntad de impulsarla y reactivarla en los próximos meses.
La medida más visible es la que tiene que ver con la basílica en la que hasta octubre de 2019 estuvo enterrado el dictador Francisco Franco. El objetivo final es abrirlo como lugar de reconciliación.
Textualmente, la ley señala que "se modifica la denominación del 'Valle de los Caídos', para ser denominado Valle de Cuelgamuros, como un lugar de memoria democrática cuya resignificación irá destinada a dar a conocer, a través de planes y mecanismos de investigación y difusión, las circunstancias de su construcción, el periodo histórico en el que se inserta y su significado, con el fin de fortalecer los valores constitucionales y democráticos".
El plan establecido por el Ministerio de Torres prevé un impulso para culminar el proceso en 2026. Por el momento, el Gobierno negocia con la Conferencia Episcopal para el traslado, fuera del valle, de la comunidad de benedictinos que aún permanece allí instalada.
La difícil negociación la encabeza el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, como responsable de las relaciones con las confesiones religiosas.
En paralelo se avanza en la identificación y traslado de restos mortales que permanecen en la basílica. El pasado mes de agosto ya se produjo el acto de entrega de los restos de las personas que fueron asesinadas en el verano de 1936 en las primeras semanas de la Guerra Civil en la provincia de Ávila.