Los vecinos de Torrejón de Ardoz amanecieron el pasado 6 de agosto con unos invitados de lo más particulares. Un total de 11 galápagos de Florida, especie considerada invasora en España, nadaban placidamente en una fuente del municipio madrileño.
Fue un vecino de la localidad el que, paseando como cada mañana, dio la voz de alarma a la Policía Municipal que, rápidamente, se trasladó hasta el lugar de los hechos.
La fuente se encuentra en una zona de sombra y, tal y como han informado fuentes del Consistorio torrejonero a Madrid Total, suele estar bastante concurrida. Por ello, creen que las tortugas no llevaban allí más de unas horas.
Aunque las investigaciones siguen abiertas, la posibilidad más probable que barajan en Torrejón es que todas las tortugas tengan un mismo dueño y que la noche de antes las tirara a la fuente.
Desde el Consistorio insisten en el peligro de este tipo de actos para la fauna y flora de la zona. Al tiempo que recuerdan que el abandono de este tipo de animales está penado con importantes multas.
La fuente en la que se abandonaron los once ejemplares de galápago de Florida, considerada una especie invasora de origen americano, está situada en el paseo de la Democracia, en el barrio de Soto Henares.
Tal y como han informado desde el Ayuntamiento, una vez recogidos los galápagos, fueron trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres Soto Viñuelas, dependiente de la Comunidad de Madrid, que está situado en Tres Cantos.
La tortuga de Florida ('Trachemys scripta') fue durante años una mascota que proliferó con gran éxito por las urbes de toda España. El problema ha sido que, con el paso de los años y debido al tamaño que alcanzan, muchos de sus dueños las han ido abandonando.
De hecho, en nuestro país ya se considera una especie exótica invasora (EEI). Es una de las más extendidas en España y ha conseguido desplazar a especies autóctonas como el galápago leproso.
Además, estas tortugas ponen en riesgo la salud humana, pues transmite la salmonela.
Buitres y culebras
Desde el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz recuerdan que no es la primera vez que se enfrentan a este tipo de situaciones. Muchos años sus agentes medioambientales tienen que actuar porque aparece alguna pitón que es la mascota de algún vecino.
"Por suerte, este año no hemos encontrado ninguna".
De hecho, durante el pasado verano, Torrejón copó la actualidad veraniega porque sus efectivos tuvieron que actuar para recoger a un buitre que estaba desorientado por las calles de la ciudad.
"Las excepcionales corrientes térmicas ascendentes lo han trasladado desde su lugar de origen (la sierra) hasta Torrejón de Ardoz. Al cesar las corrientes térmicas, el animal ha bajado a beber a una zona verde con agua, encontrándose perdido al estar muy lejos de su zona de origen", explicaba en ese momento el Ayuntamiento.