El parque ya está cerrado y el Ayuntamiento empezó el martes a retirar el mobiliario: columpios, farolas, papeleras... En una entrevista telefónica con Madrid Total, el regidor, que gobierna en minoría, resume el proceso que ha terminado con el final del parque del Duque del Infantado.

La casa ducal cedió el espacio hace 50 años y "hace 12 que se extinguió el contrato". El Consistorio trató de negociar y la familia -siempre según la versión del primer edil- pedía "2,5 millones por el parque" porque "entendía" que era suelo urbano, pero "no lo es al 100%". Esto significa que sobre la parcela no se podría construir nada, según Labrador. 

El caso es que el Ayuntamiento encargó una tasación que cifró en 140.000 euros el valor el parque. "Los informes técnicos municipales nos dijeron que no podíamos pagar más de ese precio y la familia no lo aceptó. Ahí está el choque de intereses", relata. Y se iniciaron dos procedimientos judiciales.

Por un lado, los De Arteaga acudieron a los tribunales "porque entendían" que la Corporación municipal estaba "haciendo una ocupación ilegal". El Gobierno local, por su parte, abrió una vía jurídica en la que solicitaba la "expropiación urgente" por su "interés público", ya que albergaba un parque infantil desde hace décadas. 

Este último procedimiento se resolvió provisionalmente estableciendo un justiprecio de 1,2 millones, pero la familia recurrió. El tribunal, detalla Labrador, estableció que la "expropiación" se hiciera por la vía ordinaria y no urgente, dilatando así los tiempos. Fue después cuando llegó la resolución del procedimiento impulsado por Almudena de Arteaga, que obliga al Ayuntamiento a abandonar el 16 de septiembre como tarde un parque céntrico y "emblemático" para la localidad. 

José Luis Labrador asegura que ha intentado encontrar una solución "in extremis", pero que no ha habido manera. La familia pedía "7.000 euros" al mes de alquiler. "Ni lo vale ni podemos pagarlo. Está muy por encima de lo que el Ayuntamiento puede asumir", afirma. 

Los De Arteaga y Manzanares

Labrador confirma que el Ayuntamiento ya se había visto en otras conversaciones con la casa ducal por otras propiedades inmobiliarias de la familia. "Tienen muchas propiedades y de todo tipo", confirma. Hablamos de algún edificio, casas y terrenos agrícolas y verdes. Incluso una hermana de la duquesa "tiene el antiguo parador" del municipio. "Ha habido muy buena relación siempre y hasta ahora, más allá del litigio", agrega el alcalde. 

La familia De Arteaga y del Alcázar está formada por varios hermanos, la mayoría mujeres. Pero la "titular" de la casa ducal es Almudena. Nacida en Madrid en 1967, la duquesa es licenciada en Derecho, académica de la Real Academia Hispano Americana y diplomada en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria. Así lo recoge la biografía publicada en la web de la editorial La Esfera de los Libros. Porque Almudena, es, además, escritora. En 1997 publicó su primer best seller, 'La princesa de Éboli'. A esta obra le siguieron otros títulos como 'La Beltraneja', 'Catalina de Aragón' o 'Por amor al emperador'. 

"Reconocida por la crítica como una de las más destacadas escritoras de novela histórica actuales, sus libros han llegado a permanecer varios meses en las listas de los más vendidos, con numerosas reediciones y se han traducido a varios idiomas", destaca la editorial. Entre otros reconocimientos, la duquesa ha ganado el premio internacional Alfonso X el Sabio 2004 con 'María de Molina, tres coronas medievales'. 

El origen del Ducado del Infantado se remonta a tiempos de los Reyes Católicos, que lo crearon por la concesión del título de duque del Infantado a Diego Hurtado de Mendoza, II Marqués de Santillana y conde del Real del Manzanares. Fue en 1885 cuando el título de duque del Infantado recayó en Andrés de Arteaga Lazcano y Silva, VII Marqués de Valmediano, Estepa y Ariza, y desde entonces, XVI Duque del Infantado.

Arteaga Lazcano compró "gran parte" de los edificios emblemáticos de los Mendoza en Guadalajara, Manzanares el Real y Viñuelas, según consta en el Portal de Archivos Españoles (PARES) del Ministerio de Cultura. Este periódico no ha logrado ponerse en contacto con la casa ducal para la elaboración de este artículo.

Protestas vecinales

El cierre del parque ha desatado una oleada de reacciones en el municipio. Más de 250 personas se concentraron el martes para pedir a la duquesa que reconsidere su decisión, según informó EFE. 

"Pedimos a la señora De Arteaga que reconsidere su decisión y que, en un acto de generosidad, pueda observar la necesidad de sus vecinas y vecinos, de los niñas y niños del pueblo de poder disfrutar de un parque como el del Duque del Infantado, así como el impacto negativo que su cierre puede tener sobre tantas personas en relación a su calidad de vida, la conciliación familiar o el tejido social", señalaba el manifiesto leído por dos madres del grupo de familias convocante. 

Pese a que estos vecinos admitían que Almudena de Arteaga tenía "legalmente" el derecho a reclamar el terreno, apelaron a su "sentido de la empatía que tanto ha demostrado en sus libros y a su amor por el pueblo". 

El Ayuntamiento, por su parte, ya ha buscado una alternativa: montar un parque en otro terreno de unos 500 metros cuadrados que, precisamente, compró hace unos años a una de las hermanas de Almudena y que "carece de superficie arbolada", indica la citada agencia. En un principio, la ubicación iba a ser utilizada como parking y recinto ferial. Las familias han reclamado al Ayuntamiento socialista "más transparencia en su comunicación con la población", y han lamentado que se hayan enterado del cierre "de forma inesperada".