Ni las rebajas fiscales ni el parque en San Fernando de Henares para tapar la brecha de la línea 7B ni el centro para hombres víctimas violencia de género. La gran medida que ha anunciado este jueves la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha sido el 'coto' a la jornada intensiva en los colegios de la región. 

La presidenta regional ha evitado ponerse de perfil en un debate que, desde hace años, divide a la comunidad educativa y, en una jugada maestra, ha conseguido contentar a los padres, cabrear a los docentes y, encima, sin que eso repercuta un coste (inicial) a las arcas regionales. 

El movimiento ha sido el siguiente. Ayuso ha anunciado que, a partir de ahora, los colegios no podrán modificar su jornada escolar y pasar de partida (con unas horas de descanso para comer) a continua. Eso significa que sólo los centros que ya tienen jornada continua (que son el 80% en la Comunidad de Madrid) y los que estén tramitando su reversión este año podrán continuar con este tipo de formación. Todos los demás -ese 20% restante y los que se construyan a partir de ahora- tendrán jornada partida. 

Hasta ahora, esto era algo que se movilizaba dentro de las escuelas y que había conseguido calar en la pública, mucho más que en la privada. Según publicó este diario, en Madrid casi el 70% de los colegios de la educación pública tenían jornada continua, frente a un escaso 5% en la privada. 

El debate de la jornada escolar siempre había dividido a la comunidad educativa. En multitud de ocasiones se han presentado estudios que demuestran que la jornada intensiva tiene perjuicios para los alumnos. 

Uno de estos últimos estudios, presentado por el sociólogo especializado en educación Daniel Gabaldón aseguraba que los niños que iban a la jornada continua en los colegios "descansaban menos, comían peor y dedicaban más tiempo a las pantallas".

Pero también está la versión del otro lado. Los docentes, que son quienes dan clase a los menores, aseguran que por la tarde los niños se concentran menos y eso hace que baje su rendimiento. Afirman que cuando se habla de jornada partida se confunde "conciliación con educación". 

Repercusiones 

Sea como fuere, el anuncio de Ayuso ha caído como un jarro de agua fría en la comunidad educativa y les ha dividido en un momento crítico para los docentes, pues prepararan un otoño caliente.

Tienen pendiente una mesa de diálogo con la Comunidad para mejorar sus condiciones laborales, paralizada desde hace tiempo, y planteaban salir a la calle. El problema es que, con este movimiento de Ayuso, la 'marea verde' se divide. En ella están integrados padres y docentes y, precisamente los padres, sí están a favor de esta medida. 

La Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos ha enviado un comunicado este mismo jueves "apoyando" las políticas anuncias por la presidenta. 

"Más tiempo escolar y mejor distribuido contribuye positivamente al desarrollo integral de los estudiantes, tanto desde el punto de vista académico como en términos de bienestar físico y emocional", ha declarado. Además, han asegurado que esta iniciativa ayudará a reducir el abandono escolar y favorecerá a la calidad educativa, el bienestar de "nuestros hijos y la conciliación de las familias". 

Pero la postura de la FAPA Francisco Giner de los Ríos contrasta, y mucho, con la de los docentes. La mayoría de los sindicatos han criticado la propuesta de Ayuso.

Desde CSIF Madrid ya han avisado de que darán una "respuesta contundente y consensuada" a las palabras de la presidenta, pues las consideran "un nuevo ataque a la línea de flotación de la educación pública madrileña". 

Les acusan de "cambiar las reglas del juego sin consultar a los docentes madrileños", sin una propuesta inicial, sin evaluación previa, sin comunicación a la parte social y "sin pensar en las consecuencias". Aseguran que Ayuso y los suyos han tomado la decisión "sin criterios pedagógicos que lo aconsejen, solo para mejorar la conciliación familiar". 

Una opinión parecida a la de CCOO. Para su secretaria general, Isabel Galvín, este ha sido un anuncio "efectivista" que aleja "la atención de los errores que se han producido durante el inicio del curso". 

Tras asegurar que se trata de un "nuevo engaño a las familias" y "un anzuelo para captar voluntades", Galvín ha insistido en que todo este proyecto se hace sin presentar ni detallar "ningún tipo de financiación" que acompañe a los cambios de jornada.

Estos fondos que reclaman desde CCOO no serían para los profesores, pues ellos trabajarían las mismas horas, sino para las extraescolares que se van a ofertar en los centros con jornada intensiva, para que se impartan las mismas horas que con jornada continua. Tal y como ha prometido la presidenta. 

Desde la Consejería de Educación piden tiempo para poner en marcha la medida y tranquilizan a ese 80% de los centros donde la jornada intensiva ya es una realidad.

Queda por conocer las actividades extraescolares para cubrir más horas y cómo Ayuso va a explicar al socialista Juan Lobato que le ha 'comprado' su idea de colegios de '7 a 7'. Aunque eso, es cosa de la jornada de este viernes en el Debate del Estado de la Región, en la que le toca el turno de réplica a los grupos de la oposición