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"Íñigo Errejón y yo fuimos pareja durante varios años y, aunque llevábamos mucho tiempo distanciados, todo lo que ha ido trascendiendo esta semana me abruma y conmociona especialmente". Con estas palabras, la líder de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, ha roto su silencio sobre las acusaciones que pesan sobre el expolítico.

En una extensa carta, la también coportavoz de la formación madrileña confiesa sentirse "engañada" por un "misógino" que parecía "un buen novio" y que, a su vez, "volvía con normalidad a casa después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel".

En el comunicado, que Maestre ha publicado en sus redes sociales a última hora de la tarde del domingo, traslada su "respeto y apoyo" a las mujeres que han contado los "episodios de agresiones y vejaciones" sufridas presuntamente por parte de Errejón.

La dirigente de Más Madrid se abre ahora a hablar en público de su vida personal porque considera que una parte de ella "ha quedado expuesta" en los últimos días. Pese a que asegura que ambos llevaban "mucho tiempo distanciados", Maestre admite que toda la información que ha trascendido esta semana le "abruma y conmociona especialmente".

Errejón y Maestre estuvieron juntos unos cinco años. La relación sentimental se rompió hace algo menos de una década. Y, finalmente, la mandataria madrileña se casó en 2018 con el escritor Manuel Guedán. Eso no evitó, ni mucho menos, que ambos compartieran partido -Errejón fue fundador de Más Madrid- y sucesivas campañas electorales. De hecho, los dos participaron en actos conjuntos en las semanas previas a las elecciones autonómicas y municipales de 2023. 

La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, y el entonces líder de Más País, Iñigo Errejón, en el acto de cierre de campaña de Más Madrid para las elecciones autonómicas y municipales de 2023. Diego Radamés Europa Press

Es ahora -agrega Maestre en la carta- cuando está descubriendo que "algunos de los episodios de comportamientos y violencia misógina denunciados por las víctimas" sucedieron cuando aún eran pareja. Cuando habla en el texto de la presunta agresión a una joven en un hotel, está haciendo alusión presumiblemente al caso que recoge este domingo el diario El Salto sobre una mujer que denuncia que mantuvo en 2015 una "relación de sumisión no consensuada". 

A renglón seguido, Maestre entiende que la "tranquilidad" con la que Errejón regresaba a casa "no es una novedad", en tanto que hace tiempo que el feminismo ha "enseñado" que los agresores "se suelen presentar como seres monstruosos excepcionales". "Son un padre, un hermano, un compañero de trabajo o tu expareja. Pero es sobrecogedor, porque ahora no es una teoría ni un lema; es mi vida, y me resulta imposible no hablar desde ahí", agrega. 

Íñigo Errejón, entonces líder de Más País, con Rita Maestre (portavoz de Más Madrid en Cibeles) y Mónica García (portavoz autonómica) en la Pradera de San Isidro, en 2023. Ricardo Rubio Europa Press

Después de cargar contra aquellos que "especulan alegremente con el grado de conocimiento", la coportavoz de Más Madrid lamenta que la gente que fue cercana a Errejón, incluida ella, no se diera cuenta de que era una persona con "múltiples caras". 

"Ni he sido parte ni tengo constancia de ningún encubrimiento de ninguna agresión ni acción violenta, porque no lo ha habido. Más bien me siento profundamente engañada, y ese engaño resulta devastador", manifiesta. 

"Caiga quien caiga"

En una segunda parte del comunicado, Maestre se centra en poner sobre el papel que lo "importante es erradicar las conductas y agresiones machistas de la política y la sociedad".

"Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Sea quien sea el agresor, y sea quien sea la víctima. Lo importante es terminar con cada espacio de impunidad, con cada pequeño detalle que minimiza los comentarios, las actitudes y las agresiones que no deben tener cabida", expone en este sentido. 

 Así, argumenta que las mujeres están "hartas de eufemismos, de evasivas" y de que "el foco" se ponga sobre ellas", mientras existe una "normalidad que sostiene tantas violencias cotidianas". Por último, Maestre anima a "que cualquier mujer que haya sufrido una situación de agresión o acoso se valga de las redes de apoyo feminista para seguir adelante" y se compromete a que "nada" amordace "esta ola de dignidad"

Íñigo Errejón dimitió el pasado jueves como portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados y de todos sus cargos tras las acusaciones hechas contra él en redes sociales sobre presuntos comportamientos machistas. El caso Errejón ha elevado la presión sobre Más Madrid, partido que él fundó y representó electoralmente. La formación cesó el viernes a su diputada Loreto Arenillas por su papel como mediadora en otro episodio que habría protagonizado el político en 2023

Carta íntegra de Rita Maestre

Resulta complicado encontrar palabras después de días tan intensos y difíciles. Una vez he podido leer con detenimiento (y apenas empezar a digerir) los testimonios de varias mujeres que han dado el paso de contar distintos episodios de agresiones y vejaciones, lo primero es hacerles llegar mi respeto y todo mi apoyo. Y es extraño hablar en público de mi vida personal, pero desde hace días una parte de mi vida está ahi expuesta, asi que tengo la necesidad de contarme yo.

Como todo el mundo sabe, Iñigo Errejón y yo fuimos pareja durante varios años y, aunque llevábamos mucho tiempo distanciados, todo lo que ha ido trascendiendo esta semana me abruma y conmociona especialmente. Porque estoy descubriendo ahora que algunos de los episodios de comportamientos y violencia. misógina denunciados por las víctimas sucedieron cuando el agresor era aún mi pareja. Una persona de apariencia normal, un "buen novio", era a la vez un misógino que volvía a casa con normalidad después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel. Y no es una novedad, porque el feminismo nos ha enseñado hace mucho tiempo que los agresores que se suelen presentar como seres monstruosos excepcionales son un padre, un hermano, un compañero de trabajo o tu expareja. Pero es sobrecogedor, porque ahora no una teoría ni un lema; es mi vida, y me resulta imposible no hablar desde ahí.

También desde ahí necesito contestar a quienes hoy especulan alegremente con el grado de conocimiento de sus acciones o complicidad en los espacios de convivencia personal o política de los que formaba parte. Evidentemente, es imposible que cada una de las personas que hemos compartido con él parcelas de nuestra vida (en el ámbito que sea) no pensemos cómo no pudimos ver que estábamos ante alguien con esas múltiples caras, cómo pudimos cegarnos ante ese nivel de manipulación. Porque eso es lo que es quien sostiene en su día a día una red de agresiones y vejaciones de esta magnitud: un manipulador. Ahora puede resultar muy fácil y tentador poner las diferentes informaciones que han trascendido bajo un foco de obviedad que, sencillamente, no es tal. Ni he sido parte ni tengo constancia de ningún encubrimiento de ninguna agresión ni acción violenta, porque no lo ha habido. Más bien me siento profundamente engañada, y ese engaño resulta devastador.

Ahora lo importante es el dolor de las víctimas, que tienen que sentirse respetadas y acompañadas. Lo importante es erradicar las conductas y agresiones machistas de la política y la sociedad. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Sea quien sea el agresor, y sea quien sea la víctima. Lo importante es terminar con cada espacio de impunidad, con cada pequeño detalle que minimiza los comentarios, las actitudes y las agresiones que no deben tener cabida.

Las mujeres estamos hartas de eufemismos, de evasivas, de que el foco se ponga sobre nosotras, de que la conversación pública gire en torno a la excepción de lo escabroso y no a la normalidad que sostiene tantas violencias cotidianas. Estamos hartas de sentirnos juzgadas cuando hemos formado parte del entorno personal del agresor. Estamos hartas de que no se nos crea y se nos cuestione cuando somos agredidas. De no saber adónde acudir cuando nos ocurre algo como cualquiera de las cosas que están ocupando portadas y titulares, en toda su escala de gravedad.

Quiero agradecer especialmente a todas las redes de mujeres, que ponen las herramientas, pero sobre todo el apoyo, la escucha y el cuidado para hacer que juntas tengamos la fuerza y la dignidad que intentan arrebatarnos.

Animo también a cualquier mujer que haya sufrido una situación de agresión o acoso a que se valga de las redes de apoyo feminista para seguir adelante, y reflexiono con sinceridad: puede que no haya tarea política feminista más importante que ponerse a disposición de ello. Nada va a poder amordazar esta ola de dignidad. Es otra de las lecciones de la fuerza del feminismo. Yo, desde luego, me voy a dejar la piel en que así sea.

Mucho ánimo, compañeras, y un abrazo enorme.

Sin todas no hay nosotras.



Rita Maestre