A Fernando Caballero le "fascina" Madrid. Comparte con otras grandes ciudades el tráfico, la cantidad de gente que llena las calles y los negocios abiertos "a cualquier hora". Pero, a su vez, ofrece "amabilidad", "tranquilidad" y "calidad de vida". "Es un balance muy bueno", comenta por teléfono a este periódico.
Arquitecto y "urbanista", Caballero acaba de publicar Madrid DF (Arpa Editores), un ensayo donde defiende por qué nos "conviene" que la región alcance los 10 millones de habitantes.
Caballero habla de Madrid como una región metropolitana donde la capital es el "distrito principal de una ciudad mucho más grande". En la Comunidad viven en estos momentos más de 6,7 millones de personas. "Con 100.000 - 120.000 personas que están entrando cada año, a mediados de siglo estaremos cerca de los 10 millones si la tendencia es así", sostiene. "Si lo hacemos bien, no será malo ni para la ciudad ni para el resto de España".
El autor recorre en su obra los retos y dificultades que afronta Madrid como ciudad global, desde sus infraestructuras a la implicación de Hispanoamérica.
En conversación con este diario, aborda las virtudes y una tarea pendiente de Madrid, habla del 'melón' de las políticas fiscales y del papel que, a juicio del arquitecto, tiene la región en la España vaciada.
Ante todo, se hace una pregunta: "¿Cómo encarrilamos una gran urbe metropolitana compuesta por muchas ciudades para que no colapse y no se convierta en París, con un gran centro y una inmensa periferia problemática?". Frente a ello, Caballero ofrece distintas claves.
"Si no competimos, nos arrasan"
Caballero nació en Madrid en 1988. Cuenta que se mudó a Alemania cuando terminó la carrera. Ahí trabajó como arquitecto en la oficina Meixner Schlüter Wendt y fue durante "tres años profesor en la Universidad Técnica de Darmstadt".
Al hablar de 'megaciudades', de hecho, pone un ejemplo que se está conformando "en medio de la Blue Banana europea". Se trata de la "conurbación del randstad holandés, Bélgica y algunas ciudades de Renania en Alemania, como Colonia o Düsseldorf, todas ellas muy bien conectadas, con muchísimas sinergias".
Pero no sólo se trata de esta región. Caballero argumenta que más de la mitad de las personas en el mundo viven ya en entornos urbanos y que están apareciendo grandes urbes de "muchos millones de personas".
"Tener al menos una ciudad de 10 millones en un país mediano-pequeño me parece lo mínimo para salir a competir en el mundo... No te queda más remedio (...) Si nosotros no salimos a competir, nos van a arrasar. La gente se marchará a estas otras ciudades donde estarán las oportunidades y nos empobreceremos", subraya.
Ahora bien, el escritor destaca, por un lado, la buena conexión de Madrid con Hispanoamérica. "A diferencia de lugares como Miami, nosotros sí podemos proponer un contrato social. Tenemos un modelo que no es el escandinavo, pero es mucho mejor que el que ellos [los países hispanoamericanos] tienen", explica, poniendo de ejemplo la seguridad y la prosperidad madrileña.
Considera el arquitecto que Madrid tiene unas políticas "más o menos equivalentes" que las de sus competidores europeos y "utiliza sus márgenes fiscales para ser más atractivo".
Entiende, por contra, que la posición madrileña se vea desde otros lugares de España "como una deslealtad". Eso sí, cree que la crítica es legítima si la hacen desde Vigo, Málaga e incluso desde Valencia. Pero le cuesta aceptarla cuando procede de Barcelona o Bilbao. "Durante muchísimo más tiempo han sido los lugares más beneficiados en cuanto a políticas fiscales, arancelarias e industriales que han desarrollado sus sistemas durante décadas".
Caballero ensalza también al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso por rebajar a estudiantes latinos el precio de las matrículas en las universidades públicas. Sin embargo, cree que la región tiene una "cita pendiente": "explicarle al resto de España cuál es el proyecto que tiene" para el país y cómo todos pueden beneficiarse. Es en este punto donde el autor insiste en dos cuestiones: las conexiones territoriales y la fiscalidad.
La fiscalidad local y el transporte
Con el 'cupo catalán' como telón de fondo, Caballero cree que quizá es el momento para plantear que los ayuntamientos también tengan una corresponsabilidad fiscal. "En Alemania, los municipios recaudan tramos del IVA, del Impuesto de Sociedades y del IRPF", señala. Y añade: "Si en Soria el IRPF o el Impuesto de Sociedades fuera del 15%... tardaba muy poquito en llenarse de gente".
Para el escritor, otro "problema muy grande" es el sistema ferroviario "tensionado" de Madrid. "Allí donde Madrid está muy bien comunicado, como Guadalajara, Segovia o Toledo, esos lugares no pierden población; al contrario, Madrid les ayuda a que crezcan, a que haya industrias, universidades y opciones para mucha gente que si no no tendría que migrar a Madrid", razona.
Siguiendo este hilo argumental, Caballero pone sobre el Estado la responsabilidad de invertir en infraestructuras que acerquen mejor Madrid con su "alrededor a 200 kilómetros a la redonda".
Unas mejores conexiones ayudarían, a su vez, a "subsanar" el problema del acceso a la vivienda: "Un cerebro no es más inteligente porque sea más grande, sino porque tiene más conexiones neuronales. Cuantas más conexiones tenga nuestro sistema, más ricos y prósperos vamos a ser".
Si la red ferroviaria depende del Gobierno estatal, la de Metro es competencia autonómica. Y aquí el arquitecto está en contra del "cliché" de que el suburbano madrileño es "uno de los mejores del mundo". "Funciona muy bien dentro de la Línea 6 (...) Fuera de la Circular, el sistema vuelve a estar sobrecargado porque funciona como un modelo radial".
Caballero también critica que no haya más aeropuertos en la región, pero ensalza el sistema educativo y su sanidad pública frente a los "muchos mantras" que existen "en contra".