Aparcamiento municipal Plaza de la Concordia en Boadilla del Monte
El parking 'mágico' de Boadilla del Monte: los coches entran y salen gratis... y el Ayuntamiento gana más dinero
Los ingresos del aparcamiento municipal de Boadilla del Monte han crecido más de un 30% desde que parte del horario es gratuito.
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Por algún misterio que ni el propio Houdini podría desentrañar, el aparcamiento municipal Plaza de la Concordia en Boadilla del Monte ha logrado la cuadratura del círculo: regalar aparcamiento y, aun así, ingresar más dinero que antes.
No es que las máquinas expendedoras hayan desarrollado una inteligencia superior ni que los coches estén dejando propinas. Es que, en un giro digno de una novela de ciencia ficción financiera, la gratuidad ha hecho que la caja registradora suene con más alegría que nunca.
Los números no mienten, aunque parezcan un trabalenguas: en 2021, cuando los conductores aún tenían que pagar por cada minuto de estacionamiento, el parking ingresó 23.864,80 euros. Pero en 2024, con franjas horarias completamente gratuitas entre las 10:00 y las 20:00 horas, la recaudación ha subido un 30,6 %, alcanzando los 31.156 euros. ¿Cómo es posible? Magia, desde luego, pero con un toque de lógica empresarial.
Resulta que el lema municipal "Entra gratis, sale gratis" ha hecho que el parking reciba más coches que una final de Champions en el Bernabéu. Si en 2021 pasaron por sus 168 plazas (cuatro de ellas adaptadas y 19 para motos) un total de 28.576 vehículos, en 2024 la cifra ha escalado a 60.052.
Es decir, un 110,1% más de entradas, lo que significa que hay muchos más coches circulando por el subterráneo. Y claro, no todos consiguen salir en el tramo gratuito. Cuando el reloj marca las 20:01 y la gratuidad se evapora, la tarifa de 0,03 euros por minuto empieza a hacer su trabajo, y el parking empieza a llenar su hucha.
El alcalde de Boadilla del Monte, Javier Úbeda, sonríe satisfecho con la jugada maestra. "Este fue el objetivo cuando decidimos poner ese tramo horario gratuito y está claro que ha funcionado. Los vecinos vienen, hacen sus compras o consumen en algún restaurante o bar de la zona, y se olvidan del coche. También potencia las visitas al Palacio del Infante Don Luis y a las zonas históricas de nuestro municipio, que atesora un rico patrimonio cultural", explica el regidor.
Además, el aparcamiento se ha convertido en una especie de válvula de escape para los conductores que buscan un sitio en la superficie y no encuentran ni una rendija para colar su coche. Con la promesa de aparcamiento sin coste en horario diurno, los vehículos fluyen y el centro del municipio respira. Eso sí, si la visita se alarga más de la cuenta, la tarifa nocturna entra en acción y el negocio sigue viento en popa.
No se sabe si este fenómeno inspirará a otros municipios a adoptar estrategias similares, pero una cosa es segura: en Boadilla han conseguido que aparcar sea un acto de generosidad municipal que, por arte de birlibirloque, llena las arcas más que nunca. Un truco de magia digno de estudio en las escuelas de economía... o en Hogwarts.
