Se dice que la repostería es un arte. Tanto es así que hay una panadería en Madrid que ha confundido los panes con lienzos y la harina con óleo.
Esta es El horno de Babette que sorprende con una exposición efímera e itinerante en sus escaparates, 'Parea'. La palabra proviene del griego y se refiere a la alegría natural que se siente al compartir algo con los demás, una sensación intrínseca al pan y a esta profesión.
La artista es Beatriz Echeverría, fundadora de este obrador artesanal que empezó siendo hace más de 10 años una escuela de panadería y repostería en el barrio de Peñagrande y que años después acabó abriendo cuatro panaderías más en la capital.
'Señora con pan en la cabeza' de Babette.
Con el pan siempre como protagonista, El horno de Babette juega con sus clientes creando obras de arte en sus tiendas, a través de la puesta en escena de la empresa Bagatela que trabaja en la imagen de sus locales.
La exposición actual se encuentra en los escaparates de sus establecimientos en el Paseo de La Habana y las calles de Díaz Porlier (barrio de Salamanca) y Calle Orellana (barrio de Justicia), escenario de fotografías y publicaciones en redes sociales estos últimos días.
'Señora con pan en la cabeza', 'Bosque de baguettes' y 'Mascarada' son los títulos de las obras que han iniciado este movimiento único e inusual en el ámbito panadero. "Siempre hemos sido tradicionales en el cuidado del producto y el sabor, pero también innovadores y tecnológicos. Ahora, hemos trasladado esta filosofía a nuestros escaparates a través de la creatividad y el humor", explica Beatriz Echeverría.
[La Tía Javiera, la mujer que creó el dulce más castizo de todo Madrid]
Estas obras, que van cambiando con el tiempo debido al secado del pan, adquieren una belleza creciente hasta que finalmente se rompen, por eso son efímeras. Forman parte de la filosofía 'Parea', a través de la cual el horno busca compartir la cultura del pan.
Esta exposición es sólo su primera propuesta. "El horno de Babette siempre busca ser innovador y cautivar a todos los que se acercan, transmitiendo esta pasión por el producto y su tradición. Nosotras también nos sentimos atrapadas en su mundo", comentan Isabel Arenzana y Begoña Antequera, de Bagatela, quienes se encargan de la decoración.