El fénix, según la mitología griega, es el ave que se convierte en cenizas para después resurgir de ellas para volver a volar alto y expandir sus horizontes. El restaurante Superchulo es el majestuoso fénix de Rebeca Toribio con su renacer en la calle Fuencarral 74, en pleno centro de Madrid.
La historia de Superchulo es de superación constante por parte de su creadora, Rebeca Toribio. La filosofía del restaurante madrileño de cocina vegetariana y saludable es divertirse y disfrutar de una gastronomía colorida, justo porque detrás ha habido muchas frustraciones y caídas.
Pero una vez más, Superchulo vuelve a levantarse, esta vez con la ayuda del Grupo Con Fuego, y con la previsión de contar con un total de tres restaurantes en la capital en el primer trimestre de 2024. "Fue un match desde que nos conocimos", relata Rebeca Toribio a Madrid Total.
Con sólo 22 años se hizo emprendedora creando este restaurante "rainbow food, donde se cuentan colores, no calorías", como vía de escape a sus trastornos de la alimentación. "Llegué a Madrid sola con 16 años para ser bailarina profesional hasta que tuve bulimia", recuerda.
A base de cocinar mucho y hacer sus propias recetas saludables consiguió superarlo y crear Superchulo. Siete años después, su fortaleza ante las adversidades que refleja honestamente en la evolución de su restaurante le ha hecho ganar miles de admiradores que la han llevado a escribir un libro (Rainbow Food de Superchulo, Penguin Random House) y aparecer en la lista Forbes como una de las españolas más influyentes de menos de treinta años de edad, pues todavía tiene 29.
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Entre préstamos y mucho trabajo, Superchulo empezó a prosperar y convertirse en el restaurante de moda. Así que decidieron abrir un segundo restaurante en 2020. "Venía muy cansada porque es muy duro, pero llegó la Covid y no pudimos abrir. Eso me reventó psicológicamente", confiesa la influencer.
Estos últimos años, Toribio recayó en una "crisis existencial" profesional, cuando todavía su empresa no había superado el bache de la pandemia. "Acabé cansada psicológicamente. El proyecto se me hizo muy grande. Era la CEO, propietaria y directora de la empresa y parte financiera, también llevaba la dirección gastronómica, creativa y redes sociales". Básicamente todo el peso del restaurante.
Dejó de cocinar y perdió su pasión por la gastronomía por la sobrecarga de trabajo y el estrés, hasta que conoció a Joaquín y Paco Capel del Grupo Con Fuego (Santita Carbón Mexicano, SteakBurger, Ôven Mozzarella y Pizzart). "Tomé la decisión de vender la marca pensando en mi salud mental", relata la fundadora de Superchulo, que ahora es sólo la directora creativa y gastronómica.
El pasado 8 de julio, a sólo tres semanas del cierre definitivo de Superchulo en su antigua ubicación, Manuela Malasaña 11, ardió el restaurante por un fuego originado en la cocina que acabó sin heridos graves. "Creo mucho en las energías. Cuando pasan las cosas, son siempre por algo. Lo pasé mal cuando se quemó. Todo mi esfuerzo de 7 años quedó en cenizas, es muy doloroso", confiesa Toribio, que prefiere no recordar este suceso.
Con esta nueva apertura, la creadora de Superchulo ha pasado de verse "solita, sin ganas y desilusionada" a volver con más fuerzas que nunca. "Ahora somos más de 500 personas trabajando. Este cambio me ha hecho volver, por lo que hay nuevos platos en la carta".
De esta manera, el restaurante de Fuencarral mantiene los best sellers de su colorida carta (pizza, bao, hamburguesa, boniato asado y brownie), y a su vez presenta nuevas creaciones. Entre ellas, han creado un apartado llamado 'a fuegote' donde el carbón cobra gran importancia, con motivo de la reciente incorporación del grupo hostelero, con platos como verduras frescas asadas al carbón y bowls de nutrientes.
En cambio, Toribio aporta novedades como la 'alcachofa se llama mi amor', corazones de alcachofas asadas en horno de carbón con salsa cítrica de naranja y frambuesas, o el 'boombastic tomato', bomba de tomate relleno de atún vegano, almendra caramelizada, queso y pesto.
A pesar del cambio, "la marca ha ido madurando y creciendo conmigo", asegura la creadora de Superchulo. Un restaurante que le ha hecho aprender que en la vida "todo hay que verlo con ese lado de positivismo y salud".