¿Qué hace un grupo colombiano abriendo un restaurante en una de las calles de moda de Madrid capital donde la comida sigue las tradiciones japonesas y las peruanas? Si usáramos una expresión coloquial, "pues petarlo". Describiéndolo en más palabras: hacer un homenaje a la gastronomía de viajes, a la mezcla y al buen comer.
ONNO, cuatro letras y capicúa, se ha instalado en un local de líneas rectas y modernas, de tonos madera, y donde la decoración no puede quitarle nada de protagonismo a la comida nikkei que ofrecen en su carta, un equilibrio perfecto entre tempuras, niguiris y ceviches.
Camilo Mazuera, el chef, insiste en que quiere que todo sepa a lugares diferentes, a esos donde viajó con una mochila y a esos donde la mitad de sus clientes sueñan con ir físicamente o a través de sus platos.
[Este es el restaurante de Madrid que tiene unos de los mejores callos del mundo]
En la maleta que le ha traído a Madrid, guarda mucho bagaje y experiencias en cocina, como las de haber estado en uno de los mejores del mundo, el Noma en Copenhague.
Los dueños de este nuevo local de moda en Madrid quieren ir poco a poco, rodando todavía algunas de las propuestas de menú y ajustando los picantes y las especies al paladar español. Pero saben lo que hacen, porque ya regentan varios restaurantes en su país de origen, Colombia, como la Hacienda, un habitual de celebridades internacionales como Sebastián Yatra o Maluma.
Con esta propuesta es fácil empezar la comida con una cerveza japonesa o un pisco sour directamente, solo depende de qué lado nos queremos posicionar. E incluso primero tomar una cerveza y luego un pisco para vivir la experiencia completa.
Entrando en materia, se pueden encontrar platos como el niguiri serrano y foie, un tiradito de pulpo rocoto o vieiras. Pero también uno de los platos que más sorprenden pese a tener una apariencia poco glamurosa: los hongos tenyaki, una tempura picante y con un sabor muy potente.
Tampoco hay que perderse el taco akami, relleno de lomo de atún rojo, crema de aguacate, aceite de trufa y alioli, por el buen producto y su sabor.
Y es que, como reconoce el chef Camilo, una cosa buena de España para los responsables de ONNO es que han podido acceder a todos productos frescos que necesitaba su cocina sin problema y además de una calidad extrema, por lo que tenían que arriesgar y abrir este templo nikkei como primera piedra de un negocio que puede ir a más si sigue el modelo de Colombia.
Nadie puede salir de ONNO sin probar el postre. Una de las cosas que más llama la atención del local es su cocina vista, a través de un cristal, como dejando claro que su propuesta es transparente y sin engaño. Sin embargo, para el postre han reservado una sorpresa que puede engañar a los ojos, pero nunca al paladar.
Hay que pedir un limón, pero no es uno cualquiera, sino que es un limón helado de chocolate con un insistente recuerdo, en cada bocado, a las populares tartas de queso, que suele ser el postre más popular últimamente en los restaurantes. En ese momento, uno entiende que la técnica y la creatividad en una carta hay que mantenerla desde los entrantes hasta el último sorbo de té antes de marcharte.
Si es que quieres hacerlo. Porque si después de comer (o antes, según nos venga mejor) queremos seguir tranquilamente tomando algo, ONNO tiene una deliciosa carta de cócteles con productos de primera y con mezclas que siguen recordando esos viajes por el mundo que tanto Camilo como los dueños del restaurante han hecho a lo largo de su vida.