Quién le diría a la Clara de 22 años, a la que por aquel entonces ni le gustaba el queso, que acabaría llevando una de las queserías más prestigiosas de Madrid.
Formaje, en plena Plaza de Chamberí, es una elegante tienda con más de 50 variedades de quesos traídos de productores artesanos de toda Europa. Además, son proveedores de las famosas tartas de queso de Álex Cordobés y restaurantes como Desde 1911 o Angelita Madrid.
Detrás del mostrador de esta quesería, que por su decoración podría pasar por una exclusiva perfumería, encontrarás a Clara Diez (1992, Valladolid) o a su marido Adrián Pellejo (1990, Palencia).
[La mejor tarta de queso de Madrid se hace en esta tienda de Chamberí]
Este matrimonio empezó muy joven a trabajar mano a mano con queserías artesanas, primero de Castilla y León, y luego de toda Europa, hasta que en 2020 decidieron acercar los mejores proyectos que conocieron al consumidor final con una tienda física en Madrid y también online, que reparte por toda la península.
Clara recuerda que antes de que comenzara hace 9 años a trabajar en el mundo del queso, le parecía un producto más bien aburrido. "Para mí tenía poco atractivo porque tenía la visión del queso industrial, hasta que descubrí un universo mucho más amplio que se abría cuado entras en el territorio de la artesanía", cuenta la quesera a Madrid Total.
Ahora se declara activista del queso artesano y es por ello muy conocida en redes sociales e incluso acaba de publicar un libro Leche, fermento y vida (Debate) hace apenas unos días. "Es un libro con una visión muy personal sobre el queso. Acerca al lector al universo de la artesanía quesera a través de una serie de vivencias personales", informa la autora.
Y es que tanto Clara como Adrián han viajado por toda Europa para conocer en personas las granjas donde se hacen los mejores quesos. Por ello, conocen a todos sus productores en persona, un 60% son nacionales.
En su tienda de Chamberí, que consideran un proyecto de cultura del queso, el respeto por este producto es máximo. Ofrecen una selección amplia y variada de la quesería internacional con referencias poco conocidas en muchas ocasiones.
"Lo bueno de nuestro cliente es que se siente muy cómodo dejándose aconsejar. Nos permite salirnos de los cánones de lo básico. Muchas veces el cliente entra buscando un típico queso manchego, pero se acaba llevando otras variedades", cuenta Clara.
Quesos tan exclusivos como el siciliano Ragusano, de los más antiguos del Mediterráneo, con una receta ancestral; el manchego que se elabora en la finca más antigua de La Mancha; quesos de nueva creación como el gallego Savel o el francés Comté. "No es una tienda exclusiva porque no excluimos a nadie ni nada, pero en ella reflejamos el valor inmenso que tiene el queso y en nuestro espacio reflejamos la devoción que tenemos por el producto en sí", detalla la quesera.
Así, Formaje ensalza el valor y respeto que la joven Clara tiene por el queso en una acogedora tienda en pleno centro de Madrid.