El mítico Palacio de Cristal, situado en el parque del Retiro de Madrid, ha tenido que echar el cierre de forma urgente para evitar males mayores debido al mal estado de su transparente estructura y de algunos de sus apeos.
La decisión la ha tomado el Museo Reina Sofía, al que pertenece la gestión de este monumento, para iniciar, "de forma inmediata, unas obras de emergencia" que traten de devolver la seguridad a quienes visitan este increíble espacio en la capital.
La actuación que ha arrancado estos días consiste en "el saneado de partes de la estructura metálica, la retirada de elementos con posibilidad de desprendimiento y el apeo provisional de los pórticos estructurales que presentan riesgo de colapso", según señala el propio museo en una nota de prensa.
De hecho, la urgencia de este cierre en plenas Navidades y cuando más gente se acerca a este palacio en su paseo por el Retiro es precisamente evitar que pueda colapsar algunas de sus partes o que se desprendan trozos de la estructura y haya que lamentar algún daño personal.
Antes de esta drástica decisión, el Museo Reina Sofía ha realizado un estudio urgente cuyos resultados han dejado clarísimo la necesidad de intervenir en varios pórticos de la estructura original del edificio y de proceder a una revisión completa de los elementos de sujeción. Además, también ha concluido que había que hacerlo de forma urgente si se quería garantizar la conservación de Palacio de Cristal. Un grito de auxilio por esta joya madrileña en toda regla.
Los responsables de este inmueble del siglo XIX insisten en que "el objetivo primordial será conseguir, con la mayor brevedad posible, la seguridad frente a inminentes caídas de piezas que forman parte de la estructura, así como estabilizar y apear los pórticos que se encuentran estructuralmente comprometidos".
El Palacio de Cristal se ha convertido en un símbolo y seña de identidad de la ciudad de Madrid y forma parte del conjunto denominado Paisaje de la Luz, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2021.
El inmueble fue diseñado por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco en el año 1887 y fue concebido en origen como un gran invernadero para la Exposición General de Filipinas y hoy en día es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de hierro y cristal producida en España a finales del siglo XIX.