1,5 toneladas de salsa secreta llegan cada dos meses directamente de Ginebra a L'Entrecote Café de París. La marca helvética goza de un concepto absolutamente inimitable, empezando por que ni el propio propietario de los restaurantes de Madrid conoce sus ingredientes.

"La salsa me cuesta tres veces más que la carne y la hace en Suiza François Voillamoz, que es el único que sabe la receta, junto con a su hijo Jeremy, y un notario", detalla Pablo Caruncho, el joven madrileño que trajo el Café de París a España hace diez años.

Con un único e histórico plato: lomo de vaca fileteado sobre la mítica salsa de mantequilla creada por un chef suizo en los años 30, los dos locales de L'Entrecote Café de París de la capital dan de comer a unas 15.000 personas al mes, y ahora esperan dar a más todavía con su nueva apertura en el número 13 de la calle Eduardo Dato (Almagro).

Interior del nuevo restaurante en el número 13 de la calle Eduardo Dato (Almagro). Cristina Villarino El Español

En total tres restaurantes en Madrid de una marca que también está en Emiratos Árabes, Francia, Suiza... y así hasta 12 países, porque Café París es famoso en todo el mundo.

Madrid Total habla con tres personas que llevan desde sus inicios en el Café de París de la capital: Pablo Caruncho, su propietario; Juan Alonso, el encargado y camarero del primer Café; y Roberto Blanco, el responsable del local recién inaugurado y director de cuentas del grupo hostelero.

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Cumplen una década juntos que les hace sentirse "una familia" que se enfrenta a nuevos retos: "Las aperturas son divertidas y estamos esperando la cuarta", comenta Roberto, mientras Juan toca madera para que todo salga bien.

Juan Alonso, Pablo Caruncho y Roberto Blanco sujetan el famoso entrecote en la entrada del nuevo Café de París. Cristina Villarino El Español

De momento, así está siendo. El nuevo restaurante cuelga el cartel de completo en las próximas semanas, al igual que los otros dos locales de Conde de Aranda y Félix Boix.

"Café de París es una experiencia. La gente repite por cómo recepcionamos, les acompañamos a la mesa... y porque realmente nos hace ilusión ver a nuestros clientes", explica el camarero Juan.

Son bastantes las caras conocidas que han probado el entrecote Café de París, algo de lo que no quieren presumir, casi ni hablar, porque creen que son mucho más que 'el restaurante al que van los famosos'.

Planta baja del tercer L'Entrecote Café de París. Cristina Villarino El Español

Ronaldo, Loquillo, José Coronado, C. Tangana, Paulina Rubio, Paco León... Juan se ha hecho fotos con decenas de famosos, lo que ha llevado a este camarero a ser la cara pública del Instagram del restaurante.

La fórmula continua intacta casi 100 años después: un único plato, acompañado de ensalada, pan y patatas fritas, todo por 27 euros. Compartiendo la estética de la marca, el nuevo L'Entrecote Café de París es un bistró clásico con espejos, suelo de damero, bancadas de piel burdeos y monumentales lámparas de cristal.

Con capacidad para 80 comensales, se distribuye a través de una imponente escalera, con doble altura, presidida por una amplia barra de latón y mesas de mármol con sillas de estilo francés; una coqueta planta superior con balaustrada, y terraza climatizada.

El entrecote es un único plato acompañado de ensalada, pan y patatas fritas. Cristina Villarino El Español

La cocina, de horario ininterrumpido, permite disfrutar en cualquier momento del día de su famoso plato, que se sirve sobre un infiernillo que va deshaciendo la salsa.

De los postres sí saben la receta, pues lo hacen ellos artesanalmente en su cocina. La crème brulée, hojaldre de manzana con helado de vainilla, crepes, entre los que destaca la crêpe suzette, profiteroles o tartas del día, que también forman parte de su oferta de desayunos y meriendas.

Y para enriquecer toda la experiencia dispone de una cuidada bodega con referencias nacionales y francesas para todos los gustos y bolsillos, además de una carta de cócteles clásicos.

Pablo Caruncho, el propietario del Café. Cristina Villarino El Español

Pablo, que se considera un romántico, ha hecho hace poco un ejercicio de reflexión escribiendo en un papel "a dónde voy". Ha quedado por escrito que va por buen camino manteniendo el legado de esta marca suiza en España y que eso lo va a llevar pronto a abrir un cuarto restaurante en Madrid y a empezar a llevar el aroma de la mantequilla suiza a otras ciudades de España, como tal vez, Barcelona.