El club privado de mujeres (además de unos pocos hombres buenos) de Madrid es sinónimo de elitismo, lujo y, sobre todo, feminismo. Una entidad ubicada en un exclusivo palacete, que puede llegar a parecer incluso misteriosa, pues solamente sus miembros saben realmente qué se hace allí.
Lo curioso es que el Club Alma Sensai surgió en la conversación de sobremesa de tres amigos, dos mujeres y un hombre: "Ellas le propusieron a él crear un club de mujeres y él les propuso poder participar a lo que le contestaron que si se portaba bien lo dejarían entrar, 'a few goodmen'. Los tres estaban de acuerdo que podría ser el lugar idóneo para un perfil de mujer cosmopolita y comprometido con su estilo de vida, donde socializar, trabajar y al mismo tiempo divertirse, además de ser un punto de encuentro y desarrollo de posibles sinergias", informa Mercedes Gutiérrez, la directora de operaciones del club.
Así ha sido. Desde 2016, en la casa-palacio del siglo XIX situada en Príncipe de Vergara, 9, está The Women's Private Club (also open to a few goodmen) donde se junta la jet set madrileña para enriquecer su vida, tanto personal como profesional, con una atractiva combinación de ocio exclusivo y bienestar.
Como si de un casino a la antigua usanza se tratase, en él que sólo pueden entrar las socias, que tienen que ser aceptadas por el Comité de Admisión. "Club Alma no es excluyente en la admisión de candidaturas masculinas, todos los que son admitidos tienen como condición ser hombres buenos", detallan en el apartado de dudas de su web.
El club, inspirador y cosmopolita para muchas mujeres profesionales o directivas de la capital, es un lugar de encuentro donde poder socializar de forma segura, divertirse, cuidarse, trabajar, evadirse y disfrutar de sofisticadas actividades.
Un espacio para el intercambio de ideas novedosas entre socias que pueden disfrutar de una programación de lo más variada que comprende desde 'sesiones de belleza' hasta 'club de lectura'. Los diferentes encuentros los realizan en cualquiera de sus elegantes salas, ya sea en el lobby, el jardín de la Rosa, el salón mirador, el salón de los espejos, etc.
"El programa de este mes —marzo— recoge desde la tertulia literaria y jurídica mensual, el desayuno 5.0, la reunión para profesionales de lifestyle, talleres de improvisación, liderazgo y bienestar, la visita exterior de este mes se ha organizado a MIAD, y por último acogemos la presentación de Technovation Girls", explica Mercedes Gutiérrez.
Otro de los privilegios de pertenecer al club es poder acceder a sus espectaculares instalaciones y de su restaurante, que incluye servicio de catering. "La cocina de Alma la disfrutamos en su comedor o en sus acogedores salones y los miembros podemos también disfrutar de ella fuera de esta casa", cuenta su directora.
Vinculado a grandes mujeres
Desde hace más de 150 años, el espacio sobre el que se enclava el Club Alma ha estado unido a grandes personalidades femeninas con grandes inquietudes y vinculado a la exclusividad, el ocio, la cultura y actividades de esparcimiento, según informa la propia entidad en su carta de presentación.
Todo empezó con la reina Isabel II, a finales del siglo XIX. Con su firma se pudo construir en 1910 el edificio, de estilo renacentista español, donde se encuentra el club, sobre el jardín de la Rosa, donde se levantó la casa-palacio de la familia Gosálvez.
"Más tarde fue Conchita Rábago —una mujer cosmopolita y comprometida con la época que le tocó vivir—quien convirtió esta casa-palacio en un punto de encuentro del arte, la cultura y la vida social de Madrid. Su espíritu es una fuente de inspiración y aparece siempre presente con su vivir acogedor de esta casa", concluye la directora Mercedes
De esta manera, el club privado de mujeres, y sólo algunos hombres buenos, ha pasado a convertirse en un oasis en el que satisfacer inquietudes personales y culturales en el talento femenino madrileño.