Ya no hay risas compartidas con compañeros de afición, ni emoción por probar las últimas novedades. Las coloridas pancartas, las luces brillantes y los disfraces elaborados han desaparecido, dejando un vacío palpable. En un Madrid que alguna vez fue un gran epicentro de la cultura friki, los eventos más esperados por los amantes de los videojuegos y los cómics han desaparecido, dejando a la capital huérfana de este tipo de eventos. Sigue habiendo alternativas, pero los referentes multitudinarios ya no se instalan en Madrid.
La última en caer ha sido la Madrid Comic Pop Up, heredera de la Heroes Comic Con, a la que a su vez cedió el testigo Expocómic: bajo este primer nombre llevaba celebrándose desde 1998, siendo una feria histórica del noveno arte.
Madrid Comic Pop Up anunció su adiós a primeros de mes y no volverá en noviembre como estaba previsto. Hasta ahora se erigía como un espacio en IFEMA, tras pasar sus predecesoras por el Mercado Puerta de Toledo y el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, donde los aficionados podían reunirse, conocer a sus autores favoritos y disfrutar de una amplia variedad de actividades. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mantener viva la tradición a través del Madrid Comic Pop Up, el evento también se ha desvanecido, dejando un vacío difícil de llenar.
Según la organización el proyecto, que tuvo su primera edición en 2021 "no ha logrado atraer a todos los actores del sector del cómic, reflejándose en una asistencia de público cada vez menor". Afirman que "tras varios análisis" no han encontrado "fechas ni formatos adecuados para celebrarlo".
Por contextualizar, la edición número 42 del Salón Internacional del Cómic de Barcelona atrajo el pasado mayo a 110.000 visitantes. Allí, cada año las editoriales realizan anuncios de las novedades que lanzarán en los meses posteriores.
Los videojuegos, de capa caída
Por otro lado, los fans de los videojuegos también vieron cómo desaparecía otro evento clave: la Madrid Games Week, que atrajo a miles de aficionados desde su primera edición, dejó de celebrarse en 2020 debido a la pandemia del Covid-19. Y nunca más volvió.
Durante años, este evento fue el lugar de encuentro para los entusiastas de los videojuegos, ofreciendo las últimas novedades, torneos emocionantes y charlas con nombres de la industria. En 2019 allí se reunieron 140.000 asistentes durante los días que duró la feria.
La feria de videojuegos de Madrid pasó por distintas fases. Fue la sucesora de Gamefest, que dio sus primeros pasos en 2010 y 2011. En 2013, tras un año sin feria, Madrid Games Week tomó su lugar hasta el 2020, con un paréntesis entre 2016 y 2017 en el que IFEMA, su escenario, creó su propio evento, la Madrid Gaming Experience.
Para los habituales de Madrid Games Week, la capital se ha convertido en un desierto friki, un lugar donde la espera de los eventos anuales es ahora un recuerdo lejano. Daniel, un asiduo a estos eventos, de 37 años, recuerda con nostalgia sus visitas a Madrid Games Week.
Allí podías "desvirtualizar a mucha gente que habías conocido en redes", comenta con una sonrisa triste. "Antes se hacían las cosas bien", afirma, recordando cómo pudo montar en un AT-AT de Star Wars y en un tanque de Call of Duty.
Estas ferias eran para él "encontrar un espacio donde había un montón de gente con inquietudes y gustos" como los suyos: "Podía sentirme en mi lugar, y conocer juegos nuevos que me recomendaban", asegura, refiriéndose al sector de los videojuegos. "Dejabas de ser el friki de la clase o de tus amigos y pasabas a ser un tío normal más, porque ahí todos iban a lo mismo, a disfrutar", añade.
En lugares como Málaga la Freakcon, más general, sigue funcionando. Lo mismo sucede con la CometCon en Asturias. Son los dos referentes que comenta Avalon Fortune, que frecuenta como expositor estos eventos.
Lo mismo sucede con Retro Barcelona, que está creciendo cada año y aúna títulos clásicos con juegos modernos y permite, según su propia web, "reunirse, jugar unas partidas, comprar algún artículo para nuestra colección y compartir vivencias con todos los apasionados".
Para Avalon Fortune, el principal problema es el precio de los espacios en Madrid, que hace "inviable" la organización. Añade que "si en Barcelona está funcionando es por algo".
Lo más similar que existe a día de hoy en Madrid es Gamergy, que centra su tiro en los deportes electrónicos y los creadores de contenido, alejándose del videojuego tradicional. En la edición del pasado año, celebrada el pasado diciembre, reunió a 69.718 visitantes.
El manga sigue vivo
En la ausencia de grandes eventos de cómic y videojuegos, Madrid ha perdido dos pilares fundamentales de estos mundos culturales. Las ferias no solo eran un lugar para descubrir nuevas tendencias y productos, sino también un punto de encuentro para miles de aficionados que compartían una pasión común. La desaparición de estos eventos ha dejado una sensación de vacío en la comunidad, que ahora debe buscar otras formas de mantener viva su afición.
Más suerte tienen los amantes del manga y del anime. El pasado fin de semana la Madrid Otaku fue el lugar de encuentro para ellos. Ya en septiembre volverá Japan Weekend Madrid con invitados especiales, conciertos, talleres, competiciones, charlas, exhibiciones de cosplay... y, precisamente, una sección pensada para videojuegos. Aunque no serán protagonistas, lejos del esplendor de antaño, tendrán su espacio. Esta feria llegó a ser denunciada por la OCU en 2022 por la gestión irregular y falta de seguridad que provocó grandes aglomeraciones, lipotimias y ataques de ansiedad.
Mientras tanto, los aficionados madrileños a los videojuegos y los cómics continúan reuniéndose en eventos locales de menor envergadura como Retro Parla y en redes sociales, buscando mantener vivas estas comunidades. No obstante, el vacío de la ausencia de la Madrid Games Week y el Madrid Comic Pop Up es evidente. Queda por ver si alguien es capaz de rellenarlo y revivir este espíritu.