El 'chino del Rey', el 'chino, chino', 'el chino con un robot de camarero'... El restaurante de comida asiática del barrio de Palos de la Frontera lleva 27 años siendo llamado por los madrileños de cualquier manera menos por su nombre, Buen Gusto.
Este emblemático espacio de auténtica gastronomía china en el Paseo de Santa María de la Cabeza, 60, cierra sus puertas, pero no porque lo haya deseado su dueño, Wu Zhenzhong. Así lo ha hecho saber el restaurante colgando un cartel informativo en la entrada del restaurante y con una publicación en sus redes sociales.
Desde Buen Gusto se despiden con gran pesar del barrio. "Hemos recibido a un sin fin de clientes, incluyendo al Rey de España Juan Carlos, quien elogió nuestra comida china, lo cual es un gran honor para nosotros", anuncian en el cartel de la entrada.
El restaurante cerrará sus puertas el 1 de julio, siendo el 30 de este mes el último día de servicio. "Nos vemos obligados a decir adiós a este capítulo", lamentan. La razón se debe a un fenómeno que está ocurriendo cada vez con más frecuencia en la capital.
El edificio en el que se encuentra el restaurante lo han comprado unos nuevos propietarios. Así, debido a la adquisición del inmueble, se ven obligados a dejar el lugar donde llevan sirviendo comida china desde hace 27 años. Este cierre condice con otros negocios de la zona por los mismos motivos.
Muchos de sus clientes más fieles ya han preguntado por la nueva ubicación del restaurante. Desde el restaurante lanzan un mensaje esperanzador: "No es un adiós para siempre. Aunque el edificio donde nos hemos ubicado ha sido adquirido por otra compañía, les aseguramos que Buen Gusto volverá".
Su comida asiática no sólo trae a una media de 200 clientes diarios al restaurante, sino que el robot-camarero Cacahuete también es un tractivo en toda regla, según informó Susi, la encargada de Buen Gusto, a EL ESPAÑOL. El robot es el encargado de acercar a las mesas en sus tres bandejas la comida recién preparada por alguno de los siete cocineros.
Wu Zhenzhong, su dueño, llegó a España en 1990. En su Wenzhou natal, una "pequeña" ciudad china de millón y medio de habitantes, se dedicaba a la decoración de locales y restaurantes. Y a ejercer ese mismo trabajo vino inicialmente a España, pero casi una década después se dio cuenta de que tenía algo entre manos con el que ningún otro hostelero chino podía competir: las recetas secretas de su abuela, experta en cocina tradicional de Wenzhou.
Uno de sus clientes más destacados fue Juan Carlos I, con el que se hicieron una foto sus dueños y desde entonces preside la entrada del restaurante. El Rey pidió los platos recomendados del restaurante: arroz con pato, bogavante y las bolas de pescado de Wenzhou. La encargada Susi recuerda que quedó muy contento, aunque por aquel entonces todavía no estaba el robot Cacahuete en plantilla.
Con todos estos "recuerdos creados" y "risas compartidas" cierra Buen Gusto en los próximos días. "Mientras tanto, los invitamos a que nos acompañen en un último brindis", concluyen desde este mítico restaurante chino de Madrid.