Bibì (Sofía Luppi) e Bibò (Carlos Luppi) era como llamaban cariñosamente a estos hermanos madrileños con raíces italianas. Junto a sus padres, Mar Areosa y Stefano Luppi, fundaron en 2018 una coqueta heladería en el barrio de Chamartín. Ahora, 6 años después, Bibì e Bibò es la heladería italiana de moda en Madrid con cinco tiendas y "dentro de dos semanas, siete", adelanta la familia.
Los Luppi llevan Italia en la sangre. Movidos por su pasión por los gelatos, Mar y Stefano se fueron a Bolonia a aprender del mejor maestro heladero Palmiro Bruschi, que después vino a Madrid para enseñar a Sofía y Carlos todo sobre este refrescante producto.
"No tenemos antecedentes de heladeros ni cocineros, pero nos propusimos el reto de ver si la gente era capaz de valorar un helado cuando lleva ingredientes buenos. Y ha venido gente de muy lejos a comerlos", informa Sofía Luppi, encargada del desarrollo de marca y la comunicación de Bibì e Bibò.
Entre los ingredientes que utilizan destacan los frutos secos italianos, las frutas tropicales traídas de países como La India o los lácteos de origen local. "La leche es de la Sierra de Madrid. Nos la trae el propio ganadero, Javi, de la granja La Marquesa de Las Navas", detalla Carlos Luppi, responsable de la dirección de Producción e Innovación del Producto.
Todos empezaron como dependientes y fabricantes de helados en el obrador, que se encontraba dentro de la primera heladería (Joaquín Bau, 1). En 2023 abrieron otras tres más y crearon un obrador central en Manoteras. Este año lo cierran con un total de siete tiendas. Las próximas dos aperturas, dentro de dos semanas, serán en la calle Alcalá, 144, junto a Manuel Becerra, y en el centro comercial Centro Oeste de Majadahonda.
Sus sabores
El resultado son 18 sabores muy especiales. "El más vendido es el de chocolate con leche, porque lo piden todos los niños. Luego le sigue el de pistacho, mango, avellana y yogur", informa Sofía.
Los que busquen sabores clásicos italianos no deben dejar de probar en helado de zabaione (una combinación de crema con un toque del vino siciliano Marsala) y el de amarena (fusión de cerezas silvestres con suaves notas de crema).
La propuesta se completa con otros productos, como los Bibì (pequeñas porciones de los helados más demandados cubiertas de chololate), el tiramisú, la panna cotta, los paninos (brioche templado con helado en su interior), los pops de fruta (con pulpa de fruta) o los Steccos (helados de palo con fina cobertura de chocolate).
Sin duda, el sabor más curioso es el Doggys. Es decir, los helados para perros. "Veíamos cómo la gente le daba las sobras de la tarrina al perro, pero no lo pueden tomar por el azúcar. Así que desarrollé un sabor con yogur sin lactosa, fresa, plátano y crema de cacahuete, entre otros", explica Carlos.
Además, han creado helados que se podrán degustar únicamente en Rosewood Villa Magna —nombrado Mejor Hotel de Madrid 2024 por Forbes—. Esta exclusiva colaboración consta de ocho sabores inspirados en los viajes de la influencer gastronómica Gabriela Palatchi. "Hizo una carta de sabores curiosos que hacemos nosotros como coco y cardamomo, tahini con sésamo negro o frambuesa", ejemplifica Carlos.
Bibì e Bibò ha crecido mucho en poco tiempo. Todavía recuerdan cuando empezaron en una calle, algo escondida, en los alrededores de Plaza Castilla. En la actualidad cuentan con hasta siete ubicaciones diferentes puntos de la capital.
Ahora, tanto Stefano como Mar, junto con el resto de consejeros y socios accionistas, han dejado paso a los jóvenes hermanos de 27 y 24 años dirigir el proyecto, cuyo siguiente paso es el de intentar ser franquicia.