El pastelero Miguel Moreno, uno de los mejores de la región, quiere que el primer verano de Pan y Cacao sea memorable. Este pequeño obrador en el barrio de Prosperidad se ha convertido en un auténtico refugio contra el calor gracias a sus helados artesanales que han sido diseñados por el experto reportero.
Cuando el que fuera director de Pastelería Mallorca, y miembro de la familia fundadora de esta mítica cadena, decidió volar solo el año pasado, siempre pensó que tenía que hacerlo de la mano de algo artesanal, de kilómetro 0, cercano a la gente y horneado in situ. Con esa premisa nació Pan y Cacao en la calle Clara del Rey, 51.
Ahora con la llegada del verano y del calor, Miguel Moreno ha agudizado todos sus sentidos gastronómicos para crear unos helados únicos y que ofrecen sabores originales.
Destacan el de fresas con chocolate blanco; el clásico stracciatella; un chocolate al 70% con trocitos; la mejor vainilla bourbon; el mítico leche merengada; un mango con fruta de la pasión especial; y su gran chocolate blanco.
En los helados que llevan lácteos en su receta, Miguel ha apostado por leche y nata fresca y en los que llevan fruta, siempre sin pasteurizar, para preservar todo su sabor y todos sus nutrientes.
Pan y Cacao
Cuando Miguel abrió Pan y Cacao, explicaba que "quería estar cerca de donde vive la gente, en el barrio, por la etiqueta de proximidad", por lo que siempre apostó por "materias primas kilómetro 0". Quería que fuera "un lugar para experimentar y probar, donde hacer mi particular revolución de la repostería artesanal".
Por eso, el considerado pionero del panettone en Madrid, apostó por un obrador cafetería afrancesada, bonito y muy de barrio. "Yo la quería incluso más pequeña", confesaba a Madrid Total al poco de levantar la persiana.
En este taller artesanal, como le gusta llamarlo a Miguel, se pueden comprar hasta 10 tipos de panes, café de Colombia y Brasil, y bollos como el croissant de mascarpone y frutos rojos, el cruffin de avellana, la concha mexicana, el crujiente de mango o los churros de masa de croissant.
Y en verano los helados, que se sirven para take away, bien en local o comprándolos a través de la página web, o para probarlos directamente en el café o en la terraza en unas copas deliciosas y muy estéticas. Si optamos por pedir una tarrina hay dos formatos principales: el de 150 gramos, que tiene un precio de 3,50 euros, y el de 550 gramos, que cuesta 10 euros.
Miguel Moreno es miembro de Relais Desserts y ostenta desde hace 8 años la presidencia de la Confederación de Pasteleros de España. También es el líder de la organización de Mejor Maestro Artesano Pastelero de España y de Mejor Maestro Artesano Chocolatero de España, además de formar parte del comité organizador de la feria de pastelería de Madrid.
Se formó en el Instituto Glion de Gestión Hotelera, en Suiza, y trabajó en Fauchon París antes de desarrollar plenamente su carrera en Pastelería Mallorca, como tercera generación de la familia de los creadores de estas conocidas cafeterías y reposterías.