'Andalucía a la mesa'. Ese es el título que el restaurante Tragabuches ha elegido para su nueva propuesta gastronómica. Un menú de varios platos diseñado por el estrellado chef Dani García que pretende acercar los fogones del sur de España.

La propuesta estará disponible para todos aquellos que quieran disfrutarla de lunes a viernes en horario de comidas. De 13,00 horas a 16,00 horas. El precio es de 25 euros e incluye un entrante frío, uno caliente, un principal y postre.

El menú, que ha sido diseñado por Dani García, y presenta "producto de temporada". Según explican desde la organización, es un homenaje del chef a su tierra, intentando trasladar el proyecto de gastronomía de kilómetro 0 al corazón de Madrid. 

Los comensales podrán comenzar con un entrante frío a elegir entre su mítico gazpacho de cereza, queso fresco, pistachos y albahaca (1998), la ensaladilla rusa con tacos de jamón ibérico de bellota, el salmorejo, el paté de campaña de ciervo y cerdo o una bonita ensalada de tomates andaluces.

Continúa con entrantes calientes a elegir como la mítica pringá del puchero metida en una croqueta, la tortilla frita de bacalao, el huevo frito con migas a la rondeña, las croquetas de jamón ibérico, la carne mechá en su jugo al oloroso o el puerro a la brasa con salsa de pimientos asados y crudités.

Arroz con morcilla y navajas. E.E

Entre los platos principales destacan elaboraciones como el arroz de morcilla y navajas, la cazuela de fideos con gamba blanca, atún y almejas, la picaña a la brasa, salsa de pimienta verde y patatas fritas o el contra muslo de pollo adobado a la parrilla con patatas fritas.

Para terminar, el postre discurre entre la tarta de almendra y frutos rojos, el flan de huevo o su deliciosa tarta de queso. La bebida no está incluida en el precio. 

Con este menú, la barra de Tragabuches Madrid presenta los platos que forman parte del ADN de Andalucía. Ingredientes que tienen una personalidad única en la comarca y que mantienen la esencia con la que se fundó la taberna original, del mismo nombre, en Málaga en 1998. 

En ese momento, la idea principal era que cada producto tuviera "nombres y apellidos" que fueran alimentos de proximidad donde no se perdiera, en ningún momento, el espíritu del sur.