Con este calor lo que más apetece es un helado. Pero, si quieres darle una vuelta a los tradicionales gelatto debes pasarte por DosRombos. Un nuevo club madrileño que une a los amantes de estos cremosos postres con los de los cócteles en una combinación única sólo apta para paladares mayores de edad.
DosRombos, en el número 7 de la Plaza de las Salesas, es el nuevo proyecto de Javier y Natalia Ezquerro, creadores de la heladería viral, Myka Greek. Pero, en esta ocasión, dejan de lado el yogur griego para dar una oportunidad a las bebidas alcohólicas en una forma que pocas veces habías probado.
Desde el céntrico barrio de Justicia, estos dos hermanos te hacen viajar en el tiempo a la España de los sesenta, setenta y ochenta, con los nombres de sus helados que cuentan, en sí mismo, una historia.
Siguiendo esa línea de 'cambiar las normas', toman un momento histórico en el que la censura formaba parte del día a día para subir el visionado a los dos rombos. Es como si quisieran avisar de que, cuando entras a su local, lo prohibido y lo canalla empiezan a hacer acto de presencia.
Como con las películas de dos rombos, su contenido (en este caso sus helados) solo es apto para adultos.
Muchos de los nombres de estos helados siguen esa misma línea: nombres de artistas que rompieron todos los moldes en esa época y en cuyo interior se intenta cristalizar el espíritu y gustos de estos iconos.
Ejemplo de ello es el helado Chavela, un guiño a la gran artista Chavela Vargas y a su pasión por el tequila, y que contiene ingredientes como pomelo, lima, tequila Patrón Reposado y un toque final de chile tajín. En esta creación, los hermanos Ezquerro dejan (además) parte de su personalidad. Pues ambos son mexicanos.
Lina Morgan o Raffaella Carrá también tienen su propio helado. Por un lado, el postre dedicado a la archiconocida actriz española lleva una base de vodka. La misma que se usa en el helado Carrá, que combina Italia, con el gusto de avellana del Piemonte, con vodka Belvedere.
Café y ron
Los que son más clásicos y prefieren sabores conocidos como el helado con café podrán decantarse con el helado a la irlandesa. Que lleva café, whisky irlandés Teeling y una reducción de Guinness con especias.
Quienes sean más de bebidas oscuras como el ron tienen el helado Mojigato, una nueva versión del mojito con ron Diplomático Mantuano o el Sor Citröen, de nata con ron Santa Teresa 1796, babá al ron, vainilla y especias.
La ginebra pone el acento en Vodevil, un helado que evoca el gin tonic clásico con pepino, lima y Hendrick’s, y en Clandestino, de fior di latte con Bombay Sapphire Premier Cru, cereza amarena y almendra.
Pero la carta de este local no es sólo de helados. Los que prefieran disfrutar de un coctel 'como siempre', también tienen una carta muy variada de cócteles de autor. Todas ellas son elaboraciones que representan la fusión del mundo de la heladería con la alta coctelería, combinando sorbettos, granitas y helados con destilados premium. Manteniendo la esencia del proyecto.
Entre las referencias destacan el sorbetto Bloody Marino, con vodka Grey Goose infusionado con salicornia y espuma cítrica; la granita Agua de Jamaica de hibiscus con mezcal Unión y nube ligera de sal, lima y Tajín; Gavilán o Paloma, sorbetto de pomelo, tequila Patrón Reposado y licor St-Germain; o el Mule Glacée, un sorbetto de lima y jengibre con vodka Grey Goose y ginger beer, acabado con una sedosa crema cítrica.