Ruidos molestos, terrazas a medio gas, mayor inseguridad por las noches y grandes dificultades para llegar a los bares y restaurantes del Paseo de Delicias y la calle Áncora, en Palos de la Frontera. Las obras de la Línea 11 de Metro están causando grandes estragos en la hostelería del barrio de Delicias.

Pero, sin duda, lo que más ha dolido a los vecinos ha sido el cierre del mítico Café Santamaría. "Me da mucha pena porque yo era cliente fiel. Las obras se están cargando los negocios de la zona", lamenta José, del barrio "de toda la vida".

Para su copropietario desde hace 50 años, Juan Díaz, no fue una decisión fácil, pues tenía que cerrar su proyecto de vida. Desde el comienzo de las obras, a principios de este mes, la situación se volvió insostenible: "Me obligaron a cerrar. Perdí a un 40% de la clientela, y porque yo tengo gente muy fiel".

Juan Díaz en el grifo del Café Santamaría. Rodrigo Mínguez El Español

Finalmente, bajó la persiana definitivamente el pasado 15 de septiembre con una gran fiesta de despedida a la que acudieron antiguos clientes de todas partes de la Península y de todas las edades. "Hasta gente de 97 años quiso venir a despedirse. 'Siempre nos quedará el Santa', decían", recuerda el propietario del Santamaría.

Una semana después del cierre, reabre sus puertas para enseñarle esta histórica cafetería a Madrid Total y rememorar todas las anécdotas que Juan ha vivido con infinidad de clientes, muchos de ellos, artistas de gran renombre.

El tradicional bar madrileño abrió en 1965. Estrecho y alargado, en él destaca la barra, las botellas de diferentes alcoholes y licores decoran las paredes del local y no faltan las máquinas 'tragaperras' ni las barajas de cartas para las sobremesas. Una cafetería de barrio de las de siempre.

Su carta se componía de platos combinados y raciones; destacando el cocido, que era la "perdición" de sus feligreses. Todo acompañado de vinos de su tierra, La Mancha, y cócteles que elaboraba su socio y coctelero Ángel Fernández.

Juan llegó en 1974 para trabajar como camarero. Con 14 años y su primera nómica de 2.500 pesetas, quedó vinculado para siempre a este mítico bar, que empezó a regentar junto a su socio en 1979.

El Café Santamaría fue el primer bar de Delicias en abrir hasta altas horas de la noche. De 6 de la mañana a 2.30 de la madrugada. Eso, junto con la gran hospitalidad de Juan, hacía tener una clientela asidua de actores y actrices que actuaban en el Teatro Nuevo Cómico, ubicado antiguamente en el Paseo de Delicias, a pocos metros del café.

Bar de artistas

Juan es reservado para desvelar anécdotas de sus clientes. Pero para hablar de los que se convirtieron en grandes amigos, no tiene reparo: "Aute se sentaba siempre en la terraza. Manolo Tena me decía '¡Me voy a hacer famoso!', y al poco sacó Sangre española. Y me debe una Coca-Cola, que cuando quedó en el bar con Víctor Manuel, les invité".

"Con Cristina Sánchez y Curro Vázquez nos íbamos de capeas... Tino Casal venía todas las tardes con su pareja. La tarde que vino ella sola nos enteramos luego de que había muerto en un accidente de tráfico", cuenta con tristeza.

Juan Díaz en su almacén, donde todavía conserva todas las botellas. Rodrigo Mínguez El Español

"Pabo Rabal decía que éramos 'sus niños'", El Príncipe Gitano era cliente fiel y Carlos Saura cuando estaba rodando Tiempo de silencio", y así una larga lista de caras conocidas como Paco Miranda, Rafaela Aparicio, Florinda Chico, Quique Camoiras, jugadores del Atlético de Madrid, Pepe Rubio, Quique Camoiras, Gitanillo Vega...

Medio siglo de anécdotas que Juan espera retomar cuando acaben las obras. Ya ha pedido la jubilación a sus 66 años, pero tiene la esperanza de que cuando terminen las obras, uno de sus jóvenes camareros pueda continuar con el Café Santamaría y él ayudarle en lo que pueda. "Soy feliz. Con el Café le doy vida a mi mujer y mis amigos", confiesa con gran cariño. 

Inseguridad por las obras

Las grandes y altas vallas de las obras de la L11 de Metro obstaculizan el paso, quitan visibilidad y están empezando a crear inseguridad por las noches. El propietario del Café Santamaría ha visto que han atraído a gente conflictiva.

De hecho, a él mismo se le han colado en el bar antes de que decidiera cerrarlo. "Lleva vallado desde el 7 de septiembre, deberían poner un vigilante por las noches", pide Juan.

Tanto él como los vecinos de Delicias consultados, también ven un grave problema para los establecimientos de la zona que no se pueda acceder a ciertas calles sin dar grandes rodeos. "Deberían hacer un acceso para poder llegar directos al Metro (Palos de la Frontera)", explica Juan desde la localización de su cafetería.

Juan Díaz lleva 50 años detrás de la barra del Café Santamaría. Rodrigo Mínguez El Español

Durante la entrevista, varios vecinos se cuelan por la persiana a medio bajar para preguntarle a Juan: "¿Cuánto le quedan las obras para que vuelvas?". El alma del Café Santamaría responde con esperanza: "Hasta mayo, por lo menos. Hasta que no terminen, ¡así no se puede trabajar!".