Desde hace tres semanas, para acceder al novedoso Mamaquilla, hay que pasar por una taberna castiza ambientada en un patio andaluz. En la calle José Abascal, cerca del Metro Gregorio Marañón, abre sus puertas El Patio de Abascal, un nuevo concepto que esconde el dinner show de cocina fusión latinoamericana.
El espacio, que te transporta a una alegre corrala con abundante luz natural, flores y el relajante sonido de una fuente en medio del local, consagra en su cocina el mejor producto de temporada con una propuesta sencilla, honesta y muy enfocada a compartir.
Con el fin de encontrar un ambiente más desenfado, Javier Murguizu —recién llegado de conquistar el cielo de Madrid como chef ejecutivo de Azotea Grupo con la apertura de Picalagartos y de ser la mano derecha de Javier Muñoz Calero en Ovillo, el prestigioso restaurante con un Sol Repsol conocido por hacer maravillas con la 'basura', reutilizando todos los alimentos— pasa a liderar esta castiza propuesta.
"Se quería aprovechar la parte delantera de Mamaquilla en los momentos en los que la gente no busca tanto el show. Las tabernas castizas están de actualidad y la gente repite mucho", informa el chef Murguizu.
De esta manera, el Patio de Abascal pasa a compartir cocina con Mamaquilla para crear una nueva propuesta de "cocina madrileña y de producto para tomar el aperitivo. Setas, caza, minutejos, oreja, guisos, rabo de toro, etc.", enumera Javier.
Eso sí, después de la victoria del chef Murguizu en el Campeonato Mundial de Callos 2022, este plato de la carta es el que más promete. Pero también borda el bacalao a la Donostiarra, las alcachofas de Tudela con yema de huevo curada en soja y la oreja frita extra crujiente.
Asimismo, destacan los escabeches y encurtidos en los que, además del vinagre, utiliza diferentes vinos, licores, vermús y hierbas aromáticas. Entre los platos fijos está la ensaladilla de langostino tigre; las croquetas, de diferentes sabores según el mercado o el guiso del día anterior; un salpicón de gamba roja y pulpo; el pisto con huevo de corral y gambas de cristal; o las piparras fritas.
Por el apartado de sugerencias del día no faltará marisco, grandes pescados a la brasa, verduras de estación, carnes especiales y un plato de cuchara: cocido madrileño todos los jueves, lentejas estofadas, patatas guisadas con marmitaco o arroces caldosos y secos los viernes.
La castiza propuesta se completa con un menú del día a 18 euros y con una carta de bebidas que incluye casi un centenar de vinos por botella, una quincena de vinos por copas, entre los que se podrán encontrar vinos de Madrid, y una amplia selección de vermús de diferentes procedencias. El precio medio es de 25-30 euros por comensal.
El Patio de Abascal es ante todo una taberna como las de toda la vida —madrileña, pero con reminiscencias a Galicia y el País Vasco—, con cocina ininterrumpida de 13:30 a 23:30 horas, con mucho guiso y producto en estado puro.