El otoño es una de las mejores épocas para viajar y conocer diferentes rincones de la geografía española, pues una vez superados los meses de verano, la temperatura es más agradable y los paisajes se vuelven más bonitos. Si estás buscando una escapada ideal para este otoño cerca de Madrid, una buena opción es visitar una cueva de 12 millones de años situada a menos de una hora de la capital de España.

Estamos hablando de las Cuevas del Águila, en cuyo interior se encuentra una gran sala de 10.000 metros cuadrados en las que poder contemplar impresionantes formaciones naturales como coladas, cortinas y estalactitas que cuelgan del techo, dando origen así a un espectáculo visual digno de ver al menos una vez en la vida.

Se encuentran en el pequeño Cerro de Romperropas, también llamado Cerro del Águila, a nueve kilómetros de Arenas de San Pedro, en el sur de la provincia de Ávila. Se trata de unas cuevas que fueron descubiertas por casualidad en el año 1963 por un grupo de cinco jóvenes que se encontraban cazando en la zona y vieron como salía vaho de un agujero.

La curiosidad hizo que, con sus linternas y cuernas decidiesen adentrarse en lo que parecía ser una gatera de apenas 60 centímetros de ancho, y tras recorrer unos 50-60 metros agachados, llegaron a la sala principal, donde estuvieron perdidos durante casi 5 horas, hasta que encontraron de nuevo la salida. A partir de ahí, se hicieron diferentes trabajos de acondicionamiento, y así, las cuevas se abrieron para ser visitadas por el público el 18 de julio de 1964, siendo desde entonces uno de los grandes atractivos de la provincia y del país.

Las cuevas son cavidades kársticas moldeadas a lo largo de milenios a través de los propios procesos geológicos, como la filtración de agua de lluvia y las corrientes subterráneas. Una vez abandonada su función como conductos subterráneos, las lentas filtraciones de aguas superficiales ricas en CO₂ se encargan de disolver el carbonato cálcico, y con ello se crean las estalagmitas, coladas, gours, estalactitas y excéntricas, así como otros espeleotemas. Se estima que estas formaciones crecen en torno a un centímetro cada 150 años.

La formación de las Cuevas del Águila se compone de calizas Paleozoicas que han sido relacionadas con el Cámbrico inferior, lo que quiere decir que fueron formadas hace 500-540 millones de años. Asimismo, se asegura que en algún momento, hace miles de años, el suelo cedió unos centímetros, lo que provocó la rotura de numerosas columnas, las cuales presentan una separación plana entre los dos trozos a media altura.

Una visita imprescindible

Las Cuevas del Águila tienen una gran belleza e interés que las convierte en una visita imprescindible. Tienen un recorrido de 1 kilómetro y una profundidad de 50 metros, con una visita en la que se desciende por un camino pavimentado, de forma que se pueden salvar los desniveles con escaleras, que bordean las galerías, mientras se disfruta de todo el colorido de las formaciones calizas gracias a una buena iluminación.

El recorrido está muy bien acondicionado y señalado, por lo que no supone ningún tipo de peligro para el visitante, haciendo que sea una visita apta para todos los públicos. Es una de las cuevas más accesibles de todo el país, y en la que se disfruta de unas amplias galerías, si bien hay que, dado que la visita se realiza a pie, es muy importante llegar un calzado antideslizante para evitar problemas derivados del elevado nivel de humedad presente en el lugar.

El acceso diario ofrece visitas en intervalos de 30 minutos, con un recorrido que en su totalidad requiere de aproximadamente 40 minutos. En todo momento los visitantes están acompañados de un vigilante para que no haya ningún tipo de problema durante la estancia en su interior. Las cuevas permanecen a una temperatura estable durante todo el año de 17 grados centígrados, y con una humedad muy próxima al 100%.

El precio de la entrada es de 10 euros, reducida a 8 euros para niños de 6 a 10 años, mientras que los menores de 5 años no pagan entrada. El precio especial para grupos de más de 20 personas también es de 8 euros por persona, pudiendo adquirir los tickets tanto a través de su página web como en las propias instalaciones.

El entorno de las Cuevas del Águila

El Cerro del Águila en el que se encuentran las cuevas está situado en pleno Valle del Tiétar, donde se pueden disfrutar numerosas actividades perfectas para descansar y entrar en contacto con la naturaleza, con actividades como senderismo, con numerosas lagunas, gargantas y el pico Almanzor de 2.592 metros de altura en Gredos.

Tampoco faltan muchas opciones de turismo rural, pues el Valle del Tiétar cuenta con un gran valor histórico de castillos, monasterios y palacios, además de opciones diversas para los amantes de la bicicleta y la montaña.

De igual modo, dada su condición geográfica, lindando con las comunidades autónomas de Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, esta comarca posee una rica y variada gastronomía, por lo que es una buena oportunidad para poder disfrutar de algunos platos típicos de la región, como el chuletón de Ávila, la paletilla de cabrito o las patatas revolconas. A lo largo de todo el año se puede disfrutar de una gran oferta de carnes y legumbres de la tierra, y en otoño cobra protagonismo su sabrosa variedad de setas.