No hay nada que le guste más a un argentino que hablar de carne. Bueno, sí, comérsela mientras discuten de fútbol. Pero, como les ocurre con Messi, no les vale cualquier filete para degustar. Ellos tienen sus cortes, que si ojo de bife, entraña, medialuna, vacío, picaña, tira, secreto..., y hasta sus puntos diferentes en la parrilla, que si jugoso, muy jugoso o sellada. Nada que ver con nuestros "hecho" o "muy hecho".
Quizá por eso no es de extrañar que el nuevo templo de la carne en Madrid, la parrilla de La Dorita, esté lleno de argentinos que saben dónde encontrar lo mejor y comerlo como si estuvieran en casa.
Sus propios dueños, Sebastián Valles y Leonardo Rainelli, tienen claro que esta Dorita es un trozo de Buenos Aires que se ve, se siente y, sobre todo, se huele y se saborea en Madrid.
Ubicada muy cerca de Plaza de Castilla, su terraza se ha convertido en un remanso de calma para quienes quieran disfrutar de la buena comida mientras que el ajetreo se concentra en el interior del restaurante donde parece que la capital argentina ha resucitado de golpe.
En La Dorita (calle de Pedro Muguruza, 1) saben lo que es hacer una buena carne asada rodeada de platos de lo más tradicionales de Argentina ya que llevan 20 años dando de comer en el bonaerense barrio de Palermo desde que Sebastián Valles la creó en homenaje a los suyos.
"A mí no me pidas un jamón ibérico, pero las empanadas o las milanesas son increíbles", asegura Leonardo, el socio que ahora acompaña a Sebastián en este capricho porteño en Madrid.
La autenticidad del local arranca con unos buñuelos de acelgas que comen hasta los niños. "La receta es de mi abuela y están riquísimos", sentencia Leonardo. Y es que La Dorita es como una típica casa de comidas de toda la vida, con parrilla incluida, pero al estilo argentino, por lo que no extraña que lleve el nombre de la madre de Sebastián Valles, dejando claro que entre estas paredes se come como en casa.
Importadas de Argentina
Todas las carnes y entrañas que se sirven en este local vienen importadas desde Argentina porque, como reconocen estos expertos carnívoros, las reses no saben igual. "España es más montañosa y la carne de los animales es más musculosa. En Argentina, tienen una llanura inmensa para pastar y eso se nota en el sabor", explica Leonardo.
Lo único que viene de EEUU son los trozos que llevan hueso porque la legislación española no permite importarlos desde el país sudamericano.
Pues sabiendo todos estos detalles, y aunque parezca mentira, lo mejor del local no es la carne sino su precio, porque la intención de los dos propietarios es que el ticket medio no supere los 40 euros en una comida con bebida y postre.
Entre los platos principales para hincharse a carne están las tablas de enchura para compartir y supermilanesas gigantes, de varias especialidades, que bien cubren el hambre de hasta tres comensales.
Tampoco andan mal de tamaño el bife de chorizo (que sería como nuestro entrecot), el asado de tira, la entraña o el ojo de bife, que se obtiene de la parte alta del lomo de la vaca y es muy apreciado por su jugosidad y sabor.
No podemos dejar de probar las milanesas de bife de chorizo, en varios tamaños y opciones; las hay Napolitana, Capresse, Fugazzetta y Napolitana con setas de temporada; y la provoleta clásica argentina o todas las que aparecen en su carta que van desde con huevo trufado a con setas de temporada.
El toque más español de este local, con espacio para 60 comensales en la terraza y 50 más dentro del restaurante, está en la carta de vino, donde cuentan con botellas ricas traídas desde Mendoza, pero también con un chardonnay de Navarra que invita a pedir la botella entera.
El último bocado —antes de decir hasta luego, imposible irse con un adiós— son los postres donde no falta el dulce de leche ni en los clásicos ni en los fusionados: flanes, panqueques, mouse...
"Abrir en Madrid supone un nuevo capítulo para La Dorita y una oportunidad de compartir nuestra tradición y amor por la comida argentina con un público nuevo y diverso. Esta apertura no solo supone una expansión del negocio, sino también un homenaje a las raíces de mi socio y mías, y una celebración de la trayectoria y trabajo hecho por todas las personas que han creído en La Dorita". Palabra de Leonardo.