María Santos tiene su estudio en un piso de la calle de Príncipe de Vergara donde llegan incluso curiosos que se ofrecen a pagar entrada por ver sus propuestas de decoración e interiorismo, sobre todo la parte de antigüedades que ha ido potenciando en los últimos años.
"La gente quiere pasar a verlo casi como si fuera un museo", sonríe con la calma de quien ve en los espacios la magia que a cualquiera le pasaría inadvertida.
Y es que con sólo 36 años, María Santos se ha convertido en uno de los nombres más reclamados entre quienes compran un piso en el barrio de Salamanca, ya sean españoles o en su mayoría extranjeros que aterrizan entre estas calles con una idea clara de lo que quieren y el lujo por bandera.
Pero no sólo ha centrado su trabajo en Madrid, a María es difícil pillarla quieta sin que ande subida a un avión o dentro de un tren camino de algún proyecto, incluso fuera de España. En lugares como Qatar, Hamburgo y México.
De hecho, ahora mismo tiene entre manos una casa de estilo colonial en República Dominicana, un chateau en el sur de Francia y un palacio en Qatar, además varias viviendas en Madrid, Bilbao y Málaga.
Pero su último triunfo en Madrid, sin duda, no ha nacido de un increíble comedor sino de la reforma de uno de los hoteles más míticos de Madrid, el Único, que ha cambiado no sólo la piel, sino también su alma con un increíble rediseño 'by María Santos y la transformación del proyecto gastronómico con salida de Ramón Freixa y su dos estrellas Michelin.
"Me llamó Pau Guardans un día para quedar y en nuestra primera reunión prácticamente lo cerramos. Yo estaba embarazada de mi segundo hijo y creo que verme con un barrigón les dio un poco de vértigo, pero la conversación siempre fue muy fácil", explica María desde un tren de ida o vuelta.
Su proyecto para Único ha tratado de convertir "el hotel en nuestra casa fuera de casa" porque "ya no se llevan los hoteles funcionales y sin personalidad" y eso que, como reconoce, el trabajo de reforma de un alojamiento así es muy diferente al de una vivienda, sobre todo en el proceso.
"La ejecución de un hotel es más rápida porque las pautas están muy marcadas y estudiadas. En hoteles también hay más restricciones en cuanto a los acabados, hay que cumplir con la normativa y además tienen que ser materiales fáciles de mantener".
Elegantes pero acogedoras
Si hay que definir el estilo que ha llevado al éxito a María Santos, ella misma se basta y se sobra: "Lo que buscamos es que las viviendas resulten acogedoras y atemporales, pero que al mismo tiempo sean elegantes y sofisticadas, un lujo sin estridencias. Nunca tenemos como fin crear tendencias ni ser influyentes, solo diseñar espacios en los que nuestros clientes, su familia y sus amigos se sientan cómodos y que esas casas perduren en el tiempo".
Por eso, esta interiorista a la que se rifan en el barrio de Salamanca clientes de todo el mundo asegura que en sus proyectos "nunca pondría imitaciones" y que le gustan "materiales nobles, que envejecen y van cogiendo pátina, que es lo bonito en una casa". Perdurar en el tiempo es su obsesión.
"Con el mobiliario o el arte me pasa igual, hay piezas muy bonitas y nada pretenciosas si no se cuenta con el suficiente presupuesto".
Esta abogada titulada combinó la tradición familiar, el Derecho, con lo que más le gustaba en la vida, diseño de interiores. "En cuanto me licencié en Derecho, sin haber ejercido nunca, me inscribí en diseño de interiores en la ETSAM, que desde el primer año me fascinó".
Montar su estudio fue algo que surgió de manera natural en cuanto acabó la carrera. "Dejé el trabajo donde estaba dos meses antes de mi boda porque mi familia me pedía dedicación y cuando volví de la luna de miel tenía la opción de buscar otro puesto o aceptar pequeños encargos que me habían hecho. De esta forma, surgió el estudio".
La mayoría de los clientes que tocan a la puerta de María Santos son "muy exigentes", que ya saben perfectamente cuál es el trabajo de los interiores y que "buscan mucha discreción". "Tenemos mucha suerte porque las casas que nos suelen encargar son viviendas muy especiales".
María reconoce que Madrid está "cambiando mucho" en decoración y diseño, ya que "está viniendo mucha gente de fuera a vivir o a tener una segunda residencia, y son personas que en sus países están muy acostumbrados al lujo, por lo que aquí buscan lo mismo". Por eso reivindica la figura del interiorista como "un acierto" y asegura que "hay perfiles de interiorismo para todos los bolsillos".
"Los interioristas tenemos acceso a proveedores que el cliente final no, además de la experiencia y el conocimiento en el sector. Aunque el presupuesto sea bajo, aprovecharlo bien es clave para que el resultado sea bueno", aclara.
De hecho, augura que un futuro brillante para el interiorismo en España porque "somos varios los españoles a los que nos están encargando proyectos en el extranjero, y eso es que se da mucho valor a los grandes profesionales que tenemos en el país".
Eso sí, María reivindica la figura de los artesanos y los gremios e insiste en que se está perdiendo la mano de obra de calidad. "Los buenos son mayores y no tienen quien les suceda, y si el interiorismo sigue cogiendo fuerza, vamos a necesitar escuelas d profesionales para este tipo de trabajadores y que se reconozca su valor", advierte.