Madrid es conocida por ser una ciudad que nunca duerme. Un lugar en el que nunca faltarán los planes por hacer, los bares a los que salir o los restaurantes en los que comer y cenar. Y es que una de las grandes maravillas de la capital de España es su enorme oferta gastronómica.
En la capital, con dar una mínima vuelta, podemos encontrar desde los restaurantes más exquisitos hasta los bares en los que nos hartaremos de comer con sus tapas tamaño XXL gastando muy poco dinero y acompañando nuestra comida de una reconfortante cerveza. Sin embargo, no todo en la capital es el disfrute de lo salado.
Y es que también hay hueco para los dulces. Esos bocados prohibidos que nos obligan a hacer un poco de ejercicio de más para poder quemarlos. Pero que tan buenos están y que tan agradables momentos nos regalan. Y es que, como no podría ser de otra forma, en Madrid también tenemos las mejores pastelerías y bollerías.
Por ello, si damos un paseo por Madrid nos encontraremos mil y un lugares en los que tomarnos una tostada, una napolitana o cualquier otro bollo. Sin embargo, el bocado prohibido por excelencia suele ser el croissant. Y es que lo que muchas personas no saben es que en Madrid podemos degustar el mejor croissant que existe.
No hace falta que vayamos a París, ya que en la capital tenemos varias cafeterías y pastelerías en la que podemos degustar auténticos manjares. Sin embargo, si queremos disfrutar del mejor croissant, especialmente de todos los que se hacen con mantequilla, tenemos que ir al Café del Art, una icónica cafetería de la capital de imperial estilo parisino y en la que podemos disfrutar de un café rápido lleno de sabor o de un tranquilo desayuno gozando de un rato de desconexión y deleite gustativo.
¿Cómo es el croissant de Café del Art?
El desayuno es uno de los momentos más importantes del día. Para muchas personas, es la diferencia entre empezar bien o mal la mañana. Ya que necesitan su hueco, su espacio y tomarse su tiempo para disfrutar de una comida completa y rica en todos los sentidos.
Saborear un buen café, acompañarlo quizás con un zumo y apostar por unas tostadas, ya sean optando por el dulce de la mermelada o por el salado del aguacate o el jamón con tomate. Sin embargo, lo que nunca suele faltar en un gran desayuno es el mítico croissant. Y es que este bollo es el manjar por excelencia que siempre suele hacer acto de presencia.
Por ello, una de las claves para elegir una buena cafetería o bollería en la que desayunar es saber cuál nos ofrecerá el mejor croissant. Y en Madrid eso tiene respuesta, ya que en Café del Art podemos encontrar un delicioso croissant con mantequilla que nos teletransportará a los barrios más coquetos de París, donde son famosos este tipo de bollos.
No obstante, hay que saber que el origen de este dulce no está en París, sino en Austria. Más concretamente, en Viena, en el siglo XVII. Su origen se debe a una celebración contra el ataque de los turcos en la que los panaderos crearon este bollo con forma de luna, la cual lucía en la bandera otomana. Por ello, comerse un croissant simbolizaba "comerse a un turco".
De aquello ya han pasado muchos años y ahora quienes disfrutamos de 'comernos a un turco' somos nosotros. Y uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de este dulce es la capital de España. En Madrid podemos encontrar cafeterías donde bordan esta bomba de la bollería.
En Café del Art podemos disfrutar de una experiencia única, ya que se trata de una cafetería decorada con elementos artesanales y con un interiorismo muy cuidado. Además, cuenta con una excelente selección de ricos cafés. Sin embargo, lo realmente llamativo es su amplia oferta de dulces caseros y hechos en el momento.
Por estos motivos, esta cafetería se sitúa en la lista de los sitios favoritos de madrileños y de los visitantes de la capital. Está situada en la plaza de Cascorro y es un sitio que invita a la tranquilidad por su particular iluminación y por estar rodeada de vegetación.
En esta cafetería podemos disfrutar de todo tipo de cafés, incluso llegados desde países como Honduras o Kenia, y además cuentan con una amplia variedad de formas para prepararlo. Desde café infusionado hasta café de filtro pasando por el de sifón o el típico de máquina. Pero también podemos tomar otras bebidas como cerveza o vino.
Para acompañar, algunas de sus deliciosas tostas saladas o alguno de sus postres artesanales, donde destacan los pasteles de nata. Pero por encima de todos brillan sus crujientes croissants de mantequilla, que pueden disfrutarse solos o rellenos de jamón y queso, chocolate o incluso mermelada. Y es que la oferta y las oportunidades no se acaban en Café del Art.