Madrid es una ciudad impresionante por muchos aspectos. Por su belleza, por su noche, por la infinidad de oportunidades que ofrece y por cuestiones como la ilimitada oferta gastronómica que siempre tiene disponible. Sin embargo, las maravillas de la capital van más allá incluso de sus fronteras.
Y es que una de las cuestiones más destacadas e importantes de Madrid es que está rodeada también por municipios que son auténticas joyas. Regalos de la naturaleza que adornan un entorno que se convierte en idílico por momentos. Y es que muchos de los pueblos que están a un paso de la capital o muy cerca de la región se han convertido, históricamente en los más bonitos de España.
Algunos de los ejemplos más característicos de esta cuestión se encuentran en la provincia de Segovia. Escondidos entre sus muros tenemos pueblos que enamoran con un simple paseo o un vistazo fugaz. Además de su paisaje privilegiado, con bosques casi únicos en Europa, todos comparten un hilo conductor que encandila al instante: su preciada gastronomía.
Uno de los pueblos que cumple con esta máxima es Riaza, el gran desconocido de esta región y que conforma una de las ventanas al mundo más bonitas de la sierra de Ayllón. Este pequeño municipio es definido por una publicación especializada como National Geographic como "el campo base de los amantes de la intimidad del bosque y de los deportes de montaña".
Y es que Riaza cumple con todos los cánones de belleza y pureza de la zona. Un entorno tranquilo y escondido entre bosques en el que podremos respirar un aire limpio sin dejar atrás el acogedor ambiente que define a los pueblos de la icónica provincia de Segovia. Y todo, quedando a poco más de una hora del murmullo perenne de Madrid.
¿Cómo es Riaza?
Una de las excursiones preferidas de todo madrileño es acudir a la montaña. Preferiblemente, a Navacerrada y Valdesquí, dos puntos que suelen ser frecuentados por miles y miles de personas cada fin de semana. Sin embargo, no se acaban aquí las salidas. En uno de los núcleos más bonitos de la sierra de Ayllón se encuentra Riaza, un pueblo que emerge tras más de 90 kilómetros de caminos naturales repletos de hayedos y robledales.
Este pequeño municipio de la provincia de Segovia es además hogar predilecto de la estación invernal de La Pinilla, perfecta para los amantes del esquí o de deportes como el ciclismo de montaña. Por lo tanto, se trata del lugar perfecto para una pequeña escapada de fin de semana o de puente ahora que el otoño y el invierno se funden para dar forma a la Navidad.
Riaza siempre será conocido como la capital de una de las zonas geográficas más curiosas del centro peninsular. Y es que emerge donde terminan las laderas de la sierra de Ayllón y donde comienza la meseta castellana. Justo donde se ponen de acuerdo las provincias de Guadalajara, Madrid y Segovia.
Este pueblo segoviano, marcado por su carácter ganadero y por la fuerza de la agricultura, también ofrece vestigios de infraestructuras propias del siglo XV. Además, este pueblo está marcado por sus calles empedradas, flanqueadas por casonas rústicas y por un estilo inconfundible. Su centro se encuentra situado en una plaza ovalada de gran encanto que todavía sigue vistiéndose de coso taurino al menos una vez al año.
¿Qué comer en Riaza?
Riaza, un pueblo de poco más de 2.000 habitantes, no sólo destaca por su particular estilo arquitectónico, sino que también cumple con una de las máximas de la zona: una gastronomía exquisita. En ella destacan sus espectaculares asados de cordero o de cochinillo, tan tradicionales como admirados.
Pero por si esto fuera poco, Riaza tiene hasta sus productos propios que son envidiados en todo el mundo. Se trata de sus setas. Y es que las jornadas micológicas que allí se celebran han permitido fomentar todo un turismo alrededor de estos elementos que nacen en los bosques más sanos y cuidados. Otro elemento característico del entorno de Riaza, de la sierra de Ayllón y de toda la provincia de Segovia.
Los bosques de Riaza
Pero si algo hay famoso en Riaza, por encima incluso de su gastronomía y de su distintivo estilo arquitectónico, son sus bosques. Y es que este diminuto pueblo del centro de España es conocido como el otro Chamonix de Segovia, en honor al icónico lugar de la región del Mont Blanc, en los Alpes.
No todo son casas de piedra y verdes praderas en Riaza. Su estilo montañés se funde con sus impresionantes bosques, los cuales convierten en este pequeño enclave situado a poco más de una hora de Madrid en una especie de joya pirenaica. En una zona marcada por las segundas residencias, estos bosques que rodean la estación de esquí de La Pinilla dibujan un paisaje único sea cual sea la estación.
Allí encontramos puntos tan maravillosos como el puerto de la Quesera o el hayedo de La Pedrosa, uno de los más septentrionales de Europa. Estos bosques, que llaman la atención por su aspecto modificado, están formados por ejemplares deformados debido a la explotación forestal, cuyas ramas a veces salen hasta del propio suelo.
Después del éxodo rural, estos bosques han crecido a su antojo y capricho, dibujando formas que los convierten en el entorno perfecto de un cuento de hadas y misterio. Estos hayedos crecen en la umbría, en franjas alargadas y junto a varios arroyos.
Y para los amantes del senderismo, lo mejor es conocer la zona a través de una ruta circular de unos 12 kilómetros que parte del embalse de Riofrío de Riaza, aunque también se puede ir directamente al hayedo con una ruta de ida y vuelta de unos 8 kilómetros.
A pesar de que toda la fama se la llevan los hayedos como el de La Pedrosa, la zona también está marcada por los inmensos robledales que siguen dando valor a la región. Muchos de ellos son accesibles gracias a la red de caminos y senderos del Camino Natural de los hayedos y robledales de Riaza.