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La cuna de Cervantes no se puede enorgullecer más de su gran patrimonio histórico, artístico y también gastronómico. Con motivo de la declaración de Alcalá de Henares como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, el 2 de diciembre es un día muy especial para los alcalaínos.

Y buscan que lo sea más todavía con la proclamación este lunes del Día Internacional de la Costrada de Alcalá, uno de los postres más emblemáticos de la ciudad complutense. Para ello, lo van a celebrar por todo lo alto con la elaboración de una costrada gigante de la que van a salir más de 100 raciones para repartir gratis entre los asistentes, un concurso que desvelará dónde se come la mejor de la ciudad complutense y la creación de un "club vip" para los amantes de este dulce.

"La receta de la costrada tradicional son capas de masa de hojaldre en las que se pone crema pastelera en una de las capas y en la otra, un merengue. Y una siguiente capa de hojaldre que se cubre con merengue y almendra tostada", informa Iván Plademunt, propietario del restaurante alcalaíno Plademunt, que lleva de título "El restaurante imaginario". Él, además, es uno de los chefs que propuso dedicarle un día propio a este dulce.

"Estábamos buscando desde la Asociación Alcalá Gastronómica Fomentur y el Ayuntamiento recetas que sean un reclamo para los turistas y la gente que viene a visitar Alcalá. Una de esas recetas es la costrada. Como el día 2 es el Día del Patrimonio, vamos a incluirla como patrimonio gastronómico. Y se va a declarar el Día de la Costrada de Alcalá de Henares para todos los años. La idea original ha sido de José Valdearcos, director de la asociación", informa Iván, vicepresidente de Alcalá Gastronómica.

De esta manera, la jornada del 2 de diciembre estará marcada por diversas actividades. "Vamos a hacer una costrada gigante para que no sea sólo un acto institucional, sino también popular, que se acerque este dulce al público con una degustación de unas 150 raciones", informa el chef de Alcalá.

La degustación gratuita es a las 18.00 horas del lunes en la calle San Juan, junto a la casa de la Entrevista.

Después le sigue la celebración del I Concurso de la Costrada Patrimonio Gastronómico de Alcalá, para el que se ha convocado la participación de las pastelerías, cafeterías, panaderías y restaurantes alcalaínos. En él se va a premiar la mejor costrada de Alcalá tradicional, la más vanguardista y la mejor presentada.

A las 18.15 horas, 14 establecimientos competirán por estos tres galardones. Se trata de Restaurante Eximio Fernando Martín, Pastelería Riquelme, Parador de Alcalá, Hostería del Estudiante, Pastelerías Salinas, Restaurante Skrei Noruego, Confitería Maiig, Restaurante Plademunt. El restaurante imaginario, El Encin Golf, Restaurante 1888, Restaurante La Fábrica, Restaurante El Corte Inglés, Obrador Pastelería Yolmar y Restaurante Mesa 12. 

A su vez, Alcalá Gastronómica Fomentur crea dentro de la propia asociación un "'club vip' de los amantes de la Costrada denominándose Asociación de Amigos de la Costrada de Alcalá", anuncian.

Origen de la costrada

Según la Asociación de Restaurantes para el Fomento del Turismo de Alcalá de Henares desde 1986, la costrada alcalaína es un postre icónico de la ciudad, nacido gracias al ingenio del maestro pastelero Lino Gómez Noguera.

La información recogida por el cronista oficial de Alcalá de Henares, M. Vicente Sánchez Moltó, desvela que Gómez, oriundo de San Cebrián (Valladolid) y nacido el 23 de septiembre de 1897, llegó a Alcalá de Henares en 1921 para trabajar en el obrador de Manuel Pastor. Posteriormente, el 13 de marzo de 1929, fundó su propia confitería, El Postre, en la calle del Tinte.

El origen de la costrada se remonta al 3 de enero de 1934, durante la boda de Ana Azaña Cuevas en Zaragoza, hija de Gregorio Azaña Díaz y sobrina de Manuel Azaña, presidente de la II República. Al regreso del evento, Conchita Azaña, familiar de la novia y amiga cercana de Gómez, relató al pastelero la existencia de un postre servido en la boda, conocido como costrada.

Intrigado, Lino le pidió una descripción de los ingredientes y creó su propia versión del dulce. Cuando Conchita Azaña probó el resultado, comentó que no se asemejaba al original de Zaragoza, pero lo calificó de delicioso.

Desde entonces, la costrada alcalaína se consolidó como una de las especialidades más destacadas de El Postre, junto a las tradicionales rosquillas de Alcalá. Décadas después, su popularidad llevó a otras pastelerías locales a incluirla en sus cartas, convirtiéndose en un símbolo de la repostería complutense.