El nuevo restaurante de Madrid en el que puedes comer una Burger Cangreburger sentado en la carroza de Cenicienta
- Lola Pereira, una argentina establecida en la capital, acaba de abrir 'Storyland'. Con decorados y platos de Disney alegra tanto a grandes como pequeños.
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Érase una vez un restaurante donde los sueños se hacen realidad. Storyland brinda la posibilidad de comer o cenar en el reino de Agrabah con Aladdin y Jasmine, en el castillo de la Bella y la Bestia o en el reino helado de Arendelle con Elsa.
Allí se pueden degustar los famosos espaguetis que compartieron la Dama y el Vagabundo, la lasaña que volvió loco a Garfield y la Burger Cangreburger que inventó Don Cangrejo. Todos los platos son elaborados por un pequeño ratón parisino: el chef Remy.
Hace unas semanas abrió sus puertas este local en pleno centro de la capital, en la calle Cava Alta número 12. A pesar de ser reciente su apertura, no hay ni una mesa libre de aquí a dos meses vista.
Una argentina en Madrid
Lola Pereira, de padre español y madre italiana, nació en Buenos Aires (Argentina). Explica a este periódico que desde pequeña soñaba con visitar los parques temáticos de Disney. Sin embargo, era un gasto que su familia no podía asumir. "Eso era cosa de ricos", apostilla.
Creció viendo cómo algunas de sus compañeras de colegio viajaban a los mágicos parques y volvían con juguetes originales de la marca.
Ella no tuvo la misma suerte. Pero tras un gran esfuerzo económico de su madre, pudo completar una colección de cajitas musicales de las princesas Disney. Y desde ese momento, no ha parado de coleccionar diversidad de artículos de este tipo.
Pereira, a sus 51 años, no solo ama Disney. Ama jugar, divertirse, coleccionar y todo lo que tenga que ver con su infancia como las Barbies o Hello Kitty. "Me gusta la hostelería, pero me siento mucho más cómoda si estoy en mi mundo", detalla.
Después de estar años viviendo en diferentes países por trabajo, en 2017 decidió cumplir su sueño. Se asentó en Madrid junto con su marido y sus tres hijos y montaron un negocio familiar: Los secretos de Lola, a tan solo dos minutos andando de Storyland.
El primigenio es un restaurante-museo en el que la argentina quiso exponer todos los juguetes y peluches que había comprado a lo largo de su vida. Las figuras que exhibe en las vitrinas las va cambiando cada mes e incluso introduce algunas que ha hecho con sus propias manos.
Comidas mágicas
El nuevo establecimiento ofrece una experiencia inmersiva. Cada rincón está ambientado en cuentos e historias infantiles que sumergen a todo el que lo visita dentro de un mundo de fantasía. Además, hay infinidad de detalles que se van descubriendo a medida que permaneces en él.
La hostelera lo define como un palacio, ya que se entra por la habitación de una princesa, en concreto por su armario lleno de vestidos. Son trajes que pueden ponerse los visitantes para que la vivencia sea aún más fascinante.
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En el interior del local conviven diferentes mundos de Disney. Es posible comer dentro de la majestuosa carroza de la Cenicienta mientras hablas con los ratones Gus y Jaq y también en la biblioteca del mismísimo castillo de la Bella. Hay mesas que se encuentran dentro del palacio helado de Elsa y otras custodiadas por Jafar en la desértica Agrabah.
Es tal el nivel de detalle que es fácil encontrar una fregona que se ha escapado de la película Fantasía 2000 limpiando sola todo el suelo del establecimiento.
¿El menú? Completamente casero. "Salvo el pan que es congelado", apunta Pereira entre risas. La Burger Cangreburger, los espaguetis de la Dama y el Vagabundo, las croquetas de queso del chef Remy o la rosa encantada de chocolate son los platos más demandados.
Pero lo más destacado y lo que más se pide, según cuenta Lola, son las carnes. Llegan en avión cada jueves desde Argentina. Concretamente del prestigioso restaurante Cabaña de las Lilas, ubicado en Buenos Aires. Éste se encuentra, según The New York Times, entre los diez mejores restaurantes del mundo.
Cada noche hay música en directo. Princesas como Aurora, Blancanieves, Ariel o Rapunzel acuden para cantar y conversar con los comensales.
De esta forma, Storyland reúne los ingredientes necesarios para que los visitantes se vayan con un buen sabor de boca. Hasta el punto de que se replanteen mudarse al restaurante. Lola relata que una niña de cuatro años hace unos días le dijo: "Este es el mejor lugar del mundo, ¿Puedo quedarme a vivir contigo?".
Es un sitio para los niños y no tan niños. "Aquí vienen familias con hijos, sin ellos, jugadores de fútbol, grupos de amigos y hasta tenemos pedidas de matrimonio", explica la dueña. Ella defiende que todo el que acude es porque tiene energía positiva, ganas de divertirse y buena vibra.
"Lo logré, pude ir a los parques de Disney y lo que es mejor, tener el mío propio. Y de alguna manera, con mis restaurantes consigo acercar esa magia a todo aquel que no se puede permitir viajar hasta ellos", narra entusiasmada Lola.
Su debilidad: las princesas
Dentro del universo Disney, Pereira ama al personaje hawainao Stitch. Confiesa que siente debilidad por las princesas antiguas, pero algunas nuevas como Mérida, Tiana y Elsa le tienen robado el corazón. Eso sí, defiende que en los remakes se mantengan las características físicas de los personajes. "Toda la vida la Sirenita fue blanca y de pelo rojo, y ahora la han hecho negra. Tenemos un estereotipo armado que si lo cambian se hace raro. Lo mismo ocurriría si Tiana apareciera blanca, rubia y con los ojos azules. No hay que modificar para lograr la inclusión, basta con crear nuevas", aclara.
Tanto Los secretos de Lola, el primer restaurante que abrió, como el nuevo Storyland son negocios que van bien. Pero si de algo se lamenta la hostelera es de no tener más dinero y tiempo para ayudar a los demás. En los restaurantes se invita en numerosas ocasiones a personas que no pueden permitírselo, que están en hospitales o que andan pidiendo por las calles. El sueño de Pereira es montar un comedor social.
Para el experimento 626, más conocido como Stitch, la palabra ohana significa familia y familia significa estar juntos siempre. Lola lo tiene clarísimo, ella quiere permanecer al lado de su familia, pero dentro de ésta incluye a sus 36 empleados porque con ellos forma el mejor equipo posible.
"Envejecer es obligatorio, pero crecer es opcional"
*Cristina Muñiz, autora del reportaje, es alumna de la segunda promoción 2024-2025 del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL/UCJC.