Uno de los bocadillos de salchichas que se sirven en Vikingbox.

Uno de los bocadillos de salchichas que se sirven en Vikingbox. E. E.

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El restaurante de bocadillos de salchicha vikinga que quiere "conquistar" Madrid: "Somos los salchicheros del barrio"

Vikingbox homenajea con su carta a los dioses vikingos en forma de salchichas con un pan secreto y una variedad de salsas únicas.

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C. Serna
Publicada

Lo que se compra en Vinkingbox no puede llamarse "perrito caliente". Sería un crimen gastronómico horroroso porque lo se que come en este nuevo restaurante es un bocadillo de salchichas al más puro estilo nórdico, gigante, lleno de sabor y donde la salsa y el pan no son simples acompañantes de la carne sino el equilibrio perfecto para que cada bocado sea especial.

El impulsor de esta idea, que ha venido a comerse Madrid, es Adolfo Monserrat, el restaurador que sabe bien que no sólo de hamburguesa vive el hombre. "Hemos puesto todas nuestras energías y contado con un equipo profesional y humano a la altura del proyecto con la idea de conquistar Madrid".

Y ya advierte de que "no va a ser una conquista silenciosa" porque desde su nuevo restaurante de la calle de Castelló están dispuestos a "hacer ruido, pero mucho ruido": "Somos los salchicheros del barrio y nos haremos notar", insiste.

Adolfo Monserrat, el responsable de Vikingbox.

Adolfo Monserrat, el responsable de Vikingbox. E. E.

Los bocadillos de Vikingbox parten de una tradición gastronómica de los pueblos escandinavos que se ve en cualquier fiesta de pueblo y hasta en los famosos mercadillos de Navidad: un buen bocata de salchichas.

En su viaje a Madrid, este local ha buscado el buen hacer de una charcutería sueca en la que llevan más de tres generaciones utilizando solo métodos tradicionales para que la carne tenga todo el sabor y la textura perfecta en una combinación que podría parecer sencilla pero que no lo es.

Salchichas de Vikingbox.

Salchichas de Vikingbox. E. E.

Concretamente, los bocadillos de Vikingbox llevan una salchicha ahumada artesanalmente con maderas nobles como el arce y la haya, para que le dé un matiz diferente al empanado, y el cliente tiene varias opciones de carne que van desde las de cordero, cerdo o ternera, más comunes en nuestra dieta, hasta las más exóticas como de jabalí y ciervo.

E incluso también han pensado en los clientes que no prueban la carne pero que no quieren perderse la experiencia de tomarse un bocadillo vikingo, por lo que es posible pedirse la variedad de salchicha vegana.

No sólo carne

Lo que demuestra Vikingbox con su carta es que si la carne es importante, el pan, esa otra parte de la pareja de baile para el bocadillo, lo es más. Por eso, apuestan por una receta secreta, que mantienen bajo llave, pero que se sirve recién horneado y marcado en su punto junto con la salchicha.

Y es que es abrir el papel en el que va envuelto y son varias las sensaciones que te asaltan: el calor del pan, el olor de la carne y la chispa casi amarga de la base de chucrut que le da el toque final perfecto.

Y faltaría la salsa, para las que hay también varias opciones según seamos duros vikingos, entonces mejor coger una picante, o vikingos aficionados, en ese caso podemos optar por la balder: una salsa suave a base de mostaza inspirada, precisamente, en un dios escandinavo, Asgard.

Una vez en el Valhalla vikingo, podemos optar por Vidar, el hijo de Odín, que es una salchicha con salsa fresca con pimientos verdes, orégano, cilantro y perejil, evocando al famoso gobernante de los bosques. O por Löfn, la diosa de la bonda, que es un bocadillo de con salsa suave de pimientos asados. O Ragnar, el rey inmnortal, que apuesta por la salsa más atrevida, a base de pimientos asados picante.

Todos ellos, brutales.