En Madrid, la historia se teje a través de los bares castizos que han sobrevivido al paso del tiempo. Estos emblemáticos lugares han sido escenario de citas importantes que han marcado los cambios y la evolución de la ciudad, incluida la famosa movida madrileña en el céntrico barrio de Malasaña.
Los bares madrileños se destacan por sus vinos, cañas, vermuts y aperitivos, que han reunido a generación tras generación en sus entrañables establecimientos. Figuras como artistas, políticos y escritores se congregaban en estos míticos locales para influir en el rumbo de la sociedad.
A pesar de los años, muchos bares tradicionales en Madrid conservan su misterio, ambiente acogedor y autenticidad en su carta. Aunque algunos han cambiado de manos, todavía existen aquellos que llevan en pie desde principios del siglo pasado. La cantidad exacta de estos bares es difícil de determinar, ya que forman parte del encanto y la riqueza cultural de la ciudad.
Casa Alberto: un bar con historia
El bar Casa Alberto abrió sus puertas en 1827, aunque ha pasado por varias reformas hasta convertirse en el establecimiento que es hoy en día. De hecho, la última que se hizo fue en 1924.
Su prodigiosa ubicación en el barrio de Las Letras convierte a este lugar de la gastronomía madrileña en un rincón de reunión para los turistas que recorren la zona. Aunque se caracteriza por histórico edificio, donde se conoce que Miguel de Cervantes escribió una de sus emblemáticas obras: Viaje al Parnaso.
La historia señala que en el primer inmueble donde se construyó este bar vivió Miguel de Cervantes, entre 1613 y 1614. De hecho, escribió alguno de los capítulos de la segunda parte del Quijote y de Los trabajos de Persiles y Segismunda. También es conocido porque aquí termino de escribir su obra Viaje al Parnaso.
Comenzó sus inicios de la mano de las familias Sanz, Pesquera y de Dios que venían del norte de Segovia en un momento en el que la música, los cafés y el teatro estaban en auge. Así, alcanzó su esplendor a partir de 1924 cuando recibía visitas de todo aquel que paseaba por la zona para degustar el aperitivo y tomarse su famoso vermut.
El sabor de sus platos típicos fue convirtiendo este rincón en uno de los sitos favoritos de los madrileños, que probaban el marisco y el pescado que llegaba a la capital. Además, tuvieron la ocasión de comer otros platos de marisco como almejas guisadas, ostras, anchoas o cangrejos.
Carta del restaurante Casa Alberto
La capital ofrece una amplitud de propuestas gastronómicas, aunque este bar que se ubica en la calle Huertas cuenta con las recetas más castizas de Madrid, como el rabo de toro, callos, albóndigas de ternera, croquetas de jamón o manitas de cordero.
Además, tiene los platos clásicos de cuchara y postres caseros, aunque una de sus especialidades es el bacalao a la madrileña. En este bar pueden entrar hasta 70 personas, mientras que la capacidad de aforo en el salón es de 35. Por lo que si tienes pensado acudir, debes de reservar lo antes posible para disfrutar de este plan gastronómico en el centro de Madrid. El establecimiento abre todos los días de la semana, aunque cierra los domingos por la noche y los lunes.