Metro de Madrid ha registrado en los últimos días dos agresiones físicas a vigilantes de seguridad por parte de personas que se negaban a colocarse la mascarilla, una norma obligatoria desde principios de mayo, según ha informado CCOO en un comunicado y han confirmado a Europa Press fuentes del suburbano.
El caso más reciente tuvo lugar este miércoles a última hora de la tarde. Un vigilante llamó la atención a un hombre por un pasillo de la estación de Alameda de Osuna. Este hizo caso omiso y cuando el trabajador le insistió, recibió varios golpes, resultando contusionado y con una posible fractura de costilla. La Policía fue avisada, pero no dieron con el agresor, que huyó de la estación tras lo sucedido.
El otro suceso ocurrió hace tres días en la estación de Simancas. Por el mismo motivo, otro trabajador, así como el personal de seguridad, tuvieron que ser atendidos tras recibir golpetazos por parte de un usuario. En esta ocasión entre los vigilantes y personal de Metro lograron retener al atacante hasta que llegó la Policía, por lo que fue detenido.
Metro señala que son hechos puntuales
Ante lo ocurrido, CCOO ha exigido al Gobierno regional más personal de Metro en las estaciones, más seguridad y el reconocimiento como agentes de autoridad a los vigilantes para poder realizar sus funciones "con mayor garantía de protección".
"Los usuarios, la plantilla de Metro, así como el personal de seguridad continúan pasando miedo y en ocasiones pánico en algunas estaciones. No se puede permitir que los compañeros de Metro vengan a trabajar con el temor, y en ocasiones con ansiedad cuando se incorporan en su puesto de trabajo, por el miedo a poder sufrir alguna agresión física o verbal", apunta el sindicato, que se queja de que muchas veces al solicitado a la dirección del suburbano que solucione estos problemas presentando propuestas.
Por su parte, un portavoz de Metro de Madrid ha explicado a Europa Press que las agresiones son hechos "muy puntuales", teniendo en cuenta los 700.000 viajeros al día.
Además, el número de personas que no llevan mascarilla en el Metro es "prácticamente residual" y la mayoría sigue las indicaciones de los vigilantes para que se las coloquen o se las pongan bien.