Sus casas y comercios no entraron en las zonas de salud de la Comunidad de Madrid donde hay restricciones a la movilidad desde el lunes, pero al superar el límite de incidencia de casos de coronavirus muchos de estos madrileños asumen con inquietud y resignación que pueden ser los próximos "confinados".
En la actualidad, hay 37 zonas de la Comunidad que cuentan con restricciones a la movilidad por algunos de estos tres criterios: superar la incidencia acumulada de 1.000 casos de coronavirus por 100.000 habitantes, que la tendencia sea estable o creciente y que la contigüidad geográfica facilite el control de su movilidad.
Además, hay otras 16 zonas que superan la tasa de contagio pero donde por el momento no hay restricciones, como Lavapiés, en el distrito Centro de la capital, que con 1.037 casos podría no superar el examen que las autoridades madrileñas harán este viernes.
Los vecinos y comerciantes de este barrio, uno de los más multiculturales de la capital, ya se ven confinados desde el próximo lunes.
Naím, camarero de un concurrido bar cercano a la plaza de Lavapiés cree que estas posibles medidas podrían suponer el "fin para los locales de la zona" aunque cree que "en parte" sí son necesarias porque "está habiendo más casos", lo que a su juicio se debe al número de infraviviendas que hay y a que la gente "no respeta las normas".
Paseando a su cachorro por esta plaza están David y Salva, que también ven necesario tomar medidas más drásticas aunque "no por barrios ni por zonas", sino para toda la región.
"De nada sirve que me tengan confinado aquí, salga a trabajar, coja el metro y estemos como latas de sardinas", protesta David.
Más al norte de la capital, en el distrito de Tetuán, y con una incidencia de 1.095 casos está la zona sanitaria de Villaamil, a la que da nombre su calle principal, donde tiene su bar desde hace 42 años María del Carmen.
"Tenemos todas las papeletas para que nos afecten las medidas, que nos limitarían el aforo, el horario y todo. Vamos a tener que cerrar queramos o no", lamenta muy preocupada la mujer, que señala que a escasos 50 metros está la zona de Valdezarza, a la que no le afectarían las restricciones, por lo que perdería la clientela de esa parte, que siempre acude "a desayunar y a comer".
De esa área viene Carmen todos los días a comprar a la calle Villaamil porque sino "sale todo más caro" por lo que no sabe cómo hará si le restringen la movilidad: "Si no podemos comprar, cómo vamos a sobrevivir, yo tengo que comer y el único supermercado está aquí, el más cercano".
La calle Ofelia Nieto separa estas dos áreas sanitarias, a cada lado hay una gasolinera. En Valdezarza hay un colegio y un parque, pero los supermercados y los bares están en Villaamil, y Miguel Ángel, que cruza por la que puede ser en una semana una calle fronteriza, cree que el tema de los locales puede ser la clave para explicar la diferencia en la incidencia de casos.
"Los locales son muy chiquititos y no se han respetado medianamente las distancias, sobre todo en los bares, que yo los he visto súper llenos", lamenta el hombre que, si finalmente se restringe el paso a Villaamil, tendrá que ir a visitar a su madre a esa zona "con un justificante", lo que tampoco le preocupa si se frenan los contagios, asegura.
Móstoles
Fuera de la capital está el municipio de Móstoles, donde el área sanitaria de Alcalde Bartolomé González, situado en la almendra central de la localidad, donde están el ayuntamiento y los juzgados, cuenta con 1.019 casos, por lo que podría tener restricciones.
"Me restringen aquí y luego en la otra calle nada, eso lo veo fatal, aquí o se restringe todo o no se restringe nada", asegura a Efe Manuel, vecino del barrio "de toda la vida".
Sin embargo, Concha sí es partidaria de restringir la movilidad en la zona "si es que es verdad que los contagios están descontrolados".
"Yo intento salir lo menos posible. Vengo aquí al médico, voy a comprar lo necesario y poco más. Pero esta zona, que es el centro de la ciudad, tiene mucho tráfico de gente siempre", comenta.