La diosa Cibeles ha amanecido este sábado intubada, con una mascarilla anticontaminación, y una reivindicación por el Día del Medio Ambiente: "Ciudades verdes, planeta sano". Esta ha sido la última acción de la ONG Greenpeace, que ha acabado con una decena de detenidos.
Diez activistas han participado en la acción, según fuentes policiales. Ocho de ellos, pertrechados con trajes de neopreno, se subieron a la estatua de Cibeles para colocar una urna de metacrilato transparente que contenía una maceta con un árbol. También colocaron a Cibeles una mascarilla con un respirador para protestar por el estado medioambiental.
Dos personas más del grupo se han subido a dos farolas próximas a la plaza con un cartel amarillo con el lema "ciudad verde, planeta sano", coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente.
La acción se ha llevado a cabo sobre las siete y media de la mañana, aunque los activistas no han sido desalojados hasta las diez y media, cuando los agentes de policía se han introducido en el interior del agua para arrestar a estas personas por los delitos de resistencia, desobediencia y desórdenes públicos.
La ONG medioambiental ha querido reivindicar este sábado el papel de las ciudades para luchar contra la contaminación. Según Greenpeace, estas albergan actualmente al 55% de la población mundial, pero generan el 70% de las emisiones globales y consumen dos tercios de los recursos y la energía del planeta.
"Las ciudades son fundamentales para frenar la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad", aseguran en una nota, en la que consideran también "urgente reinventar las ciudades para las personas y para no sobrepasar el aumento global de temperaturas en 1.5 grados, tal como se firmó en el Acuerdo de París".
"Esto requiere transformar su movilidad, alimentación, espacios públicos y verdes, consumo de energía y eficiencia energética, generación de residuos, y consumismo", aseguran.