Ir en coche por una calle o carretera y encontrar una persona con uniforme que implique color amarillo fluorescente y gorra normalmente implica que se trate de la Guardia Civil, de la Policía o de algún agente de movilidad. Diferenciarlos a cierta distancia y mientras se circula puede ser complicado, pero a partir de este sábado 28 de enero esto cambiará.
El Ayuntamiento de la ciudad de Madrid ha anunciado este viernes que el uniforme de los agentes de movilidad va a sufrir cambios con el objetivo principal de “mejorar la visibilidad y diferenciación respecto a otros cuerpos o colectivos que actúan en vía pública.”
La alteración más llamativa afectará al color de esta vestimenta: pasará del amarillo chillón al rojo flúor, un tono tan vivo y notable como el anterior pero que permitirá identificar a este colectivo de manera mucho más rápida y eficaz, tanto entre los ciudadanos como entre otros cuerpos de seguridad que se encuentren en la zona, por lo que no habrá lugar a la confusión, sobre todo con la Policía Municipal.
Además de cambiar el tono principal de las prendas, se han introducido otras novedades. De entre los 595 agentes de movilidad que operan en Madrid, por primera vez se atiende a las necesidades de las 75 mujeres que forman parte del equipo. De esta forma, uno de los cambios más importantes es que se ofrecerá anoraks diferentes para ellas, que habitualmente tenían que vestir con las mismas prendas que los varones.
Según indica la web del Ayuntamiento de Madrid, “todas las prendas están elaboradas con tejidos de alta visibilidad y bandas reflectantes, empleando materiales de gran confort y adaptables tanto para las épocas de frío como estival”. El coste anual en esta materia supone la cantidad de 1.275.000 euros.
Los componentes que conforman los nuevos uniformes son los siguientes: “1.500 polos de manga larga y otros tantos de manga corta; 1.400 pantalones con forro térmico desmontable compatibles con invierno y verano y con protecciones para motoristas; 1.000 anoraks de tres capas desmontables con chaleco térmico de 200 gramos y cortavientos; 600 cazadoras de motorista de dos capas con protecciones interiores, resistentes a la abrasión y con un acabado hidrofugado; 1.000 cascos de motorista modulares que incorporan mentón abatible y, por tanto, pueden funcionar como casco abierto e integral para mayor seguridad; 500 zapatos sin costuras, y 1.000 botas”.
De igual modo se ha indicado que se equipará al personal con guantes, gorras y bufandas cuando sea necesario por la situación meteorológica. Otro detalle del que se informa en el comunicado hace referencia a las bandas reflectantes de los uniformes, que en lugar de ser continuas como hasta ahora, serán retrorreflectantes discontinuas con el objetivo de resultar más resistentes.