Todos nos lo planteamos y llevamos a lo personal la pregunta que en la serie Friends le hizo Phoebe Buffay al resto de protagonistas: "¿Si te obligaran a qué renunciarías, a la comida o al sexo?". Ante la indecisión, Joey Tribbiani dio la divertida respuesta: "¡Pan con chicas!".

Si bien en Friends no lo tenían claro, entre los madrileños también está reñido, pues ha habido prácticamente un empate. Un 46,54% admite que le da más placer la comida que el sexo, según un estudio realizado por la marca de juguetería erótica LELO junto con la pizzería Ditaly, que estrena carta picante.

El sexo y la comida están intrínsecamente relacionados. ¿Qué es un beso si no es degustar a tu pareja? Además, desde el medievo, la Iglesia Católica los unía dentro de los pecados capitales innobles: la gula y la lujuria. Además, tienen más cosas en común. Por ejemplo, casi un 96% de los madrileños muestra en la encuesta que prefiere hacer ambas cosas acompañado. 

Joey Tribbiani. Friends

Una tendencia

Para Valérie Tasso, escritora de Diario de una ninfómana y embajadora de la marca de LELO, hay una explicación para que los madrileños, y la sociedad actual en general, prefiera comer a practicar sexo. "No podemos vivir sin sexo porque somos sexo. Vivir sin sexualidad sí se puede, aunque es una dimensión absolutamente enriquecedora para estar en contacto con los demás. El no comer es imposible, te mueres", afirma.

En la sociedad del cansancio, como lo define el filósofo Byung-Chul Han, cada vez más parejas tienen la sensación de que hacer el amor es un sobreesfuerzo y prefiere comer a mantener relaciones íntimas. En estos tiempos, la tendencia es priorizar el comer. La sexóloga Tasso se encuenta en conculta parejas que no practican sexo por la pereza, pero que les encanta cocinar juntos, ir a restaurantes o compartir otras actividades gastronómicas.

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'Sploshing'

¿Sabes lo que es el sploshing? Seguramente no, pues solo un 8% de los encuestados en la Comunidad de Madrid lo sabe pero, aun sin saberlo, hay un 69% al que no le importaría probarlo.

Como sugiere este anglicismo onomatopéyico, el sploshing es una práctica erótica cada vez más de moda que consiste en comer sobre una persona para causar una explosión de sensaciones. "Beber licor de su ombligo, lamer helado de su columna... lo más duro y se suele dar, es comer spaguettis con muchos ingredientes desde los pies hasta la cabeza", amplía la portavoz de esta encuesta, Valérie Tasso.

Fantasear con comida

Por otro lado, según este estudio, un 23% de la población de Madrid asegura que en sus fantasías se entremezclan comida y sexo en armoniosa sintonía, siendo la comida española la que más activa el deseo sexual.

Las texturas, los olores y sabores, se convierten en una poderosa arma de seducción con la que excitar a la otra parte. Y es que las similitudes entre la comida y el sexo son enormes en cuanto a la recepción del placer. 

Un toque picante

La nata o las fresas son dos de los alimentos más asociados al sexo, pero es el picante el que se lleva la fama de encender la llama de la pasión. Aunque no tiene sabor por sí mismo, provoca una reacción corporal similar a la que se siente al practicar deportes de riesgo. Así, a un 62% de los preguntados les aumenta el líbido con el picante y más de la mitad afirma que probarían algo que saben que va a picar pero que no saben en qué medida, la adrenalina que se percibe que van a sentir atrae poderosamente la curiosidad.

La marca LELO ha organizado esta encuesta junto con la cadena de pizzerías napolitana Ditaly para comprender mejor la gastrosexología, un concepto originado en España que se encarga de descubrir y explicar los mecanismos psicológicos que genera el placer de cocinar o comer ciertos alimentos.