La Policía Nacional ha realizado una importante operación para acabar con una banda de organización criminal transnacional georgiana asentada en la Comunidad de Madrid responsable de decenas de robos por toda España. 

En total, han arrestado a 25 personas en distintos domicilios y se ha intervenido una gran cantidad de joyas, relojes de marcas importantes, aparatos electrónicos, dinero, ropa y bolsos de lujo y hasta instrumentos musicales, según informa Europa Press del comunicado de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los investigadores llevan desde el año pasado siguiéndole la pista a este grupo mafioso que tenía varias casas en Alcobendas y en la capital, donde daban cobijo temporal a los integrantes de la banda que iban y venían por varios países de Europa, antes de facilitarles teléfonos y los domicilios susceptibles de ser asaltados. 

Pudieron detectar en ese momento que contaban con una "potente estructura criminal", muy jerarquizada, compartimentada y con códigos de conductas "férreos" para proteger a su líder. Esto la volvía "impermeable" para los policías, ya que se reestructuraba inmediatamente si algún integrante era detenido.

Para llevar a cabo los robos, se subdividían en grupos operativos, conformados por entre dos y cinco personas, cada uno de ellos con un responsable. Se asentaban temporalmente en un país haciendo uso de una red logística que llegaba a suministrarles documentos falsificados de diversos países para evitar ser identificados, así como pisos francos alquilados por testaferros que les permitía una gran movilidad, añade Europa Press.

Se comprobó que la organización estaba estructurada en varias redes y que poseían en Alcobendas y Madrid varios domicilios que eran usados para alojar a los miembros de la organización que llegaban de otras partes de España y de Europa, .

Bumping, impresioning o la llave mágica

La forma en la que planificaban los asaltos consistía en una primera fase de tanteo en distintas fincas y edificios, mediante la colocación de marcadores de plástico o hilos invisibles.

Posteriormente tras comprobar que la vivienda se encontraba deshabitada en ese momento, llevaban a cabo los robos, preferiblemente por la noche o los fines de semana, y especialmente durante los periodos vacacionales de verano, Semana Santa y Navidad, aprovechando que los pisos estaban vacíos.

Para llevar a cabo los asaltos se desplazaban varios miembros de la organización, uno de ellos vigilaba desde fuera mientras el resto accedía a la vivienda empleando ganzúas para la apertura de puertas u otros métodos como el bumping, el impresioning o la magic key (llave mágica).

El impresioning es una forma de robo con fuerza en la que los delincuentes colocan láminas de aluminio deformable en la cerradura para grabar las marcas de la llave original y conseguir así una copia que permita abrir.

Mientras que el bumping es cuando se introduce una llave y se golpea con un martillo para abrir los pistones sin reventar la cerradura.

Un tercer escalón de la organización era la red de receptadores, que se encargaban de dar salida a los objetos robados enviando los beneficios procedentes de los robos, a través de empresas remesadoras de dinero, a otros países de manera constante que recibían otros miembros del entramado criminal.

Una vez que los agentes recopilaron toda la información, se llevaron a cabo siete registros en domicilios y se detuvo a los 25 integrantes de la organización a los que se les imputa presuntamente la participación en al menos 14 robos en viviendas.

En total en los registros se han intervenido 32 relojes de alta gama, 259 piezas de joyería (colgantes, pulseras, anillos, pendientes y piedras preciosas), 79 aparatos electrónicos (teléfonos móviles, tabletas electrónicas, ordenadores portátiles y dispositivos de memoria), ropa y complementos de lujo así como instrumentos musicales.

La investigación continúa abierta y no se descartan futuras detenciones de otros miembros de la estructura criminal.