Roberto se despierta cada mañana con una flor bajo su ventana. No es una gardenia, ni un gladiolo, ni una rosa, ni un clavel. No es una flor real siquiera, pero no por ello deja de ser bonita. Es un grafiti en el suelo de su calle, dibujado alrededor de una alcantarilla. Hace ya varios años que los vecinos del barrio de Berruguete (Tetuán) disfrutan de esta muestra de arte clandestino única en Madrid.
Las alcantarillas floridas de Berruguete se pueden encontrar en las calles Tablada, Ricardo Gutiérrez o Huerta del Obispo. El tráfico rodado las ha desgastado y, poco a poco, van perdiendo su color. Sin embargo, de vez en cuando, aparecen repasadas y renovadas, como por arte de magia.
“Yo trabajo de noche y no lo veo. Pero te despiertas una mañana y están como nuevas”, asegura un veterano vecino de la calle Tablada. Ya tenemos el qué, el dónde, el cuándo y el porqué. Pero, ¿y el quién? ¿Quién es el misterioso artista clandestino que embellece estas calles de Tetuán de una forma tan peculiar?
“Yo lo sé, pero no te lo puedo decir”, confiesa Roberto, vecino de la calle Tablada que abre las puertas de su casa a este periódico para poder retratar desde alto las flores. “Llevo muchos años en esta casa y no lo descubrí hasta el verano pasado. Me ofrecí a pagarle algo por los botes de pintura”. El artista, en su afán desinteresado, lo rechazó amablemente.
Así pues, Roberto se ha ofrecido como puente entre Madrid Total y el (o la) artista en cuestión. El grafitero tiene el número de teléfono de este reportero pero, por el momento, no ha querido marcarlo.
“Esas pinturas hace años que las están haciendo. Nos han preguntado si somos nosotras, pero no es así. Lo siento, no te puedo ayudar, no tenemos ni idea de quién las ha hecho”, ha asegurado la escuela de arte La Artigua a Antonio Granero, presidente de la Asociación de Vecinos de Tetuán, que también ha movido hilos para intentar averiguar quién es el misterioso artista.
Tetuán está cambiando
Este fenómeno se da en uno de los seis barrios que componen el distrito de Tetuán, concretamente, en uno de los de renta más baja. Se encuentra al oeste de la calle Bravo Murillo y forma parte de las zonas menos pudientes del norte de Madrid junto a Bellas Vistas, Valdeacederas y Almenara.
En los últimos años se ha revalorizado, al mismo ritmo que toda la capital. La prueba más notable es la construcción de dos imponentes bloques de viviendas de lujo en el Paseo de la Dirección (Valdeacederas).
Cada una de ellas mide 100 metros de altura, tiene 25 plantas y alberga unas 300 viviendas de 1 a 3 dormitorios. Actualmente, hay otras dos torres en proceso de construcción en la misma calle, muy cerca del lugar donde las alcantarillas florecen.
Tetuán está cambiando. Las bandas latinas que antes atemorizaban estas calles han ido trasladando su actividad al sur de la capital. La calle Topete recibió el dudoso honor de ser “una de las calles más peligrosas de España”. “Un infierno”, decían los vecinos. El mismísimo “Bronx”. Actualmente, en Topete se venden áticos que rozan el millón de euros.
La arquitectura también es testigo de este cambio. Sin embargo, todavía quedan en Tetuán casas bajas en calles estrechas. Algunas, de un cuidado estilo neomudéjar de ladrillo, como en la calle Avelino Montero Ríos.
Este patrimonio de Tetuán está en peligro de extinción por el paso del tiempo y la transformación urbanística a la que se ve abocada nuestra urbe. Mientras el artista misterioso quiera, siempre nos quedarán las flores.