Cualquier persona que entrase a cenar algo el pasado viernes en 'The Fish and Chips Shop', en Madrid, no tardaría en darse cuenta. Un grupo de amigos ocupaba esa noche la mesa más grande de este pequeño restaurante de la calle de Campoamor. A simple vista, sólo parecían eso, un grupo de amigos. Entre risas, copas de vino blanco y bocadillos de bogavante, reflexionaban sobre el feminismo, la vida y el libro de una autora británica. Y no eran conversaciones surgidas del azar.
Era el ritual de Warmi -'mujer' en Quechua-, un club de lectura fundado en 2018 como un pequeño ciclo sobre literatura latinoamericana y que, como sus integrantes dicen, se les "ha ido de madre". Ahora, el grupo lo integran más de una decena de lectoras que diseccionan a autoras de todos los países del mundo.
El club tiene dos normas básicas: sólo pueden debatir sobre obras escritas por mujeres y la quedada debe celebrarse en un restaurante de la nacionalidad de la autora del libro que les toque analizar.
El origen
El club se reúne una vez al mes. El encuentro suele celebrarse los viernes por la noche. Salvo durante los peores meses de la pandemia y parte de los veranos, Warmi siempre ha sido fiel a su cita mensual.
Cuenta Leyla, una de las fundadoras, que la idea de formar un club surgió casi por casualidad. Un día, ella y otra amiga, Silvia, comenzaron a buscar un regalo de cumpleaños para una compañera de trabajo. Hablaron de libros y terminaron comentando sus gustos por la lectura. Y ahí, en ese preciso instante, se mencionó la idea de formar un pequeño grupo para compartir su pasión por la literatura.
"Poner en valor" a las autoras
¿Y por qué un club para analizar sólo libros de escritoras? "Muchas veces te pones a pensar a cuántas autoras has leído y... muchos son autores", comenta Cristina, otra 'warmi' del club. El objetivo, en definitiva, siempre ha sido "poner en valor" el trabajo de unas mujeres que, a juicio de estas aficionadas, han desarrollado sus carreras en un sector dominado históricamente por los hombres.
En el grupo hay mayoría femenina. Rondan entre los 35 y los 45 años. Angélica, la más veterana, tiene 50. Pero no ponen 'peros' a nadie que quiera sumarse al proyecto. Cada mes de septiembre, proponen los títulos de las autoras que les apetece leer el siguiente año, las seleccionan y las introducen en una aplicación móvil con una 'ruleta de decisiones'.
Cada vez que celebran una reunión, utilizan la 'app' para seleccionar al azar el libro del mes siguiente. En cada encuentro, una de las integrantes ejerce de 'mediadora', es decir, será la encargada de moderar el debate: planteará preguntas, ofrecerá reflexiones... y surgirá así una conversación espontánea, guiada por las inquietudes de cada una de ellas.
Machismo, sexo, opresión...
El pasado viernes, Madrid Total asistió a la cita mensual de Warmi. Esta vez, la obra en cuestión era 'Más que una mujer', de la británica Caitlin Moran. Marta, que ejercía de mediadora, eligió el restaurante 'The Fish and Chips Shop' para la cena-coloquio. Esta cadena sólo cuenta con un local en Madrid, pero tiene más presencia en Barcelona. Sus dos fundadores abrieron la cadena tras vivir un tiempo en países anglosajones. Ofrecen una carta con platos británicos y australianos, pero elaborados con producto español.
Warmi ocupó tres pequeñas mesas que el restaurante juntó para la ocasión. Pidieron vino, cerveza y algunas botellas de agua. El debate arrancó cuando los camareros empezaron a servirles los entrantes. Por lo general, el libro de Moran les gustó. "Permite acercarse al feminismo con ejemplos reales y cotidianos. Con el humor, te acaba de enganchar", expuso la mediadora.
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A partir de ahí, las reflexiones de los unos y los otros se entremezclaron con anécdotas personales, conversaciones más triviales y opiniones sobre los platos que iban llegando a la mesa. De 'Más que una mujer', por ejemplo, surgieron temas como el de la 'generación sándwich' -adultos que se ocupan a la vez de sus hijos y de sus padres-, el polvo sexual de "mantenimiento" o el hecho de que el término "fofisano" esté bien visto y aceptado para definir el cuerpo de un hombre y "no se permita" para describir el de una mujer.
"Mi feminismo ha cambiado"
Cada viernes, las integrantes de Warmi pasan varias horas juntas. Primero, quedan en un bar cercano para tomar algo rápido. Después, marchan al restaurante escogido para el coloquio. En total, leen y debaten al año sobre el contenido de una decena de obras escritas por mujeres. Y todas ellas creen que el club les ha ayudado a reflexionar mejor sobre el feminismo desde la perspectiva de autoras de otras culturas y de diferentes épocas.
Piensan que las escritoras describen los sentimientos con mayor profundidad y precisión que los hombres. "El hecho de leer a mujeres ha cambiado mi feminismo", comenta Leyla. El propio debate y la visión de cada integrante del grupo también enriquece sus posturas y opiniones sobre diversos temas. "Yo no soy la misma persona ni de broma [que hace unos años] y en gran parte es gracias al club, vosotras tenéis unas reflexiones a las que yo no hubiera llegado", reconoce Javier.
Después de haber diseccionado decenas de libros, Warmi se ha llevado sorpresas y grandes decepciones. A continuación, ofrecen a este diario una selección con cinco obras que marcaron al club con sus restaurantes correspondientes.
- El Acontecimiento, de la francesa Annie Ernaux - Restaurante 'La Franchutería' (Calle de Vallehermoso, 52).
- Nuez de Coco, de la sudafricana Kopano Matlwa - Restaurante Etiope 'Habesha' (Plaza de Santa María de la Cabeza) *Warmi escogió un restaurante etíope al no encontrar en la capital ningún sudafricano.
- El invencible verano de Liliana, de la mexicana Cristina Rivera Garza - Restaurante 'Ciudad Mezcal' (Calle de las Peñuelas, 19).
- Almendra, de la surcoreana Won Pyung Sohn - Restaurante 'Gangnam' (Calle de Los Pajaritos, 13).
- Nuestra parte de noche, de la argentina Mariana Enriquez - Restaurante 'Sabores Patagónicos' (Glorieta Puente de Segovia, 1).