Mad Cool se va con la música, y el ruido, a otra parte. El festival se muda de Valdebebas a Villaverde en medio de las protestas de los vecinos de su nuevo hogar. Del norte de Madrid, donde en 2019 la Fiscalía abrió un expediente por las quejas vecinales, se desplaza al sur, que lamenta el "ruido" y el "bloqueo" que temen que llegue de la mano de este movimiento.
Para una parte de los habitantes del barrio de Valdebebas el evento era "un problemón", aunque "había gente a la que le gustaba", según cuentan a Madrid Total desde la asociación vecinos. Reconocen que el primer año, 2018, "fue un verdadero desastre" aunque en los siguientes la cosa mejoró gracias a que la Policía pudo "mantener a raya" a las 80.000 personas que aproximadamente acudieron allí.
A Villaverde, por su parte, no sólo les preocupa el problema acústico o la basura, temen que el evento atraiga "bandas", "drogas", "borracheras" y "gente haciendo sus necesidades por la calle". "No queremos eso junto a las casas de Getafe", dicen contundentemente. Critican además que va a afectar al tráfico y mucho, sobre todo a la rotonda de la M-45 que "va a bloquear por completo su entrada principal".
Así lo expresan desde la Plataforma Ciudadana Stop Mad Cool Villaverde, en conversación con este periódico. Representan a los habitantes de Colonia Marconi, junto a Getafe y a sus asociaciones vecinales. Su portavoz critica que vayan a tener que soportar "60 decibelios en tu casa durante todos los eventos con las ventanas cerradas".
Se refiere a algo más allá del propio Mad Cool porque, según afirman, ese mismo espacio ya se va a utilizar para albergar "más festivales" y "sacarle la más la máxima rentabilidad posible" a los terrenos de los que dispone la promotora.
"Son ocho escenarios y vienen 150 grupos en tres días. Y hay cerrados otros tres festivales más para julio", detallan. Y siguen: "Si fueran tres días no nos quejaríamos pero es un espacio permanente para macrofestivales".
Conciertos junto al Zendal
Considerando que desde la asociación de Valdebebas defienden que a un porcentaje de sus vecinos les gustaba contar con el festival, surge la duda de por qué no han protestado por su marcha.
"El problema que teníamos aquí en Valdebebas es que estaba muy cerca del Hospital Zendal y las viviendas", afirman, lo que resultaba "un problemón". Sólo "el edificio del Real Madrid", el lugar donde entrena el equipo de fútbol, se interponía "en medio" del ruido. "Desgraciadamente no se podía quedar porque habiendo un hospital ya es imposible", insiste.
Argumenta que además tenían un inconveniente añadido: el viento. De acuerdo con lo explicado por la asociación "según cómo gira el viento", algo que "no pueden controlar", el ruido se sentía más en unos lugares.
A su parecer, esta complicación "es muy difícil de controlar por más buena voluntad que pusiera Mad Cool". De hecho, remarca que los promotores mostraron "buena predisposición" para ayudarles.
Desmentido entre barrios
En la plataforma contra el traslado tienen una perspectiva diferente. El promotor fue a darles "unas explicaciones con un guion del que no se salió". Junto a él acudió la presidenta de la Asociación de Vecinos de Valdebebas "diciendo que le daba muchísima pena y que era maravilloso lo que había vivido ella allí".
"Curiosamente, uno de nuestros portavoces, que había mantenido reuniones mediante asociaciones vecinales, le preguntó que cómo era posible, si hacía dos semanas habían estado en las mismas reuniones en las que no quería aquello ni en pintura", explican desde la plataforma.
Cuentan que tienen información de sus redes sociales y un informe con "un pequeño ejemplo" de 200 quejas vecinales. Además de los motivos que ya han expuesto, mencionan que los vecinos tardaban dos horas en llegar a sus casas. "Parece ser que están muy contentos de que se marche de allí", dicen.
Según ellos, Valdebebas vende que es "maravilloso" para hacerles "callar". Explican que en el polígono que se verá afectado presuntamente iban a crear un parque científico y tecnológico y al final "se ha traducido en un espacio de fiestas al aire libre" y lo que que eso conlleva.
El Ayuntamiento
Mariano Fuentes, concejal delegado del Área de Desarrollo Urbano, defiende hablando con este medio la decisión de instalar el festival allí ya que considera que puede "ayudar a la zona desde el punto de vista de atracción, de inversión y generar un modelo económico en torno a Mad Cool". Por ello ve trascendental haber encontrado una "ubicación definitiva".
Según cuenta Fuentes, elegir un nuevo lugar fue necesario porque Valdebebas "era objeto de un plan especial para hacer la ampliación de Ifema". Cree que en esa estrategia Villaverde puede implicar algo similar a la que la Ciudad de la Imagen supuso para Pozuelo en los 90.
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En ese sentido, explica que en aquella ocasión, "a través de dos elementos o nodos culturales importantes desde el punto de vista del sector audiovisual", en referencia a Telemadrid y Kinépolis, "alrededor se generó un ecosistema económico vinculado a la imagen en la región".
El concejal dice que a día de hoy los suelos de la zona "necesitan un expediente urbanístico para transformarlos en suelo urbano". Su plan pasa porque en una gran parte de los mismos, unos "150.000 metros cuadrados" se implante el festival.
Ciudad de la Música
Ese terreno es de propiedad privada. Mad Cool ha llegado a un acuerdo con los propietarios para adquirir un tercio de la superficie y ha alquilado el resto para desarrollar su proyecto y que funcione ya este mismo 2023.
El objetivo de Madrid no es sólo Mad Cool. El Polígono industrial El Gato, colindante, es la zona elegida para establecer "industrias relacionadas con la ingeniería de sonido", según Fuentes. Espera que mediante la factoría industrial de Villaverde que quieren promover, allí lleguen empresas relacionadas con la música y la grabación. Es parte de un ecosistema que desean que se forme.
Asegura que ellos van a "exigir" que se cumpla la normativa en materia de medioambiente y de ruidos. En este sentido, van a realizar una "importante inversión en cuanto a control acústico mediante unos paneles que evitan la expansión sonora" y en otro sistema para evitar la reverberación.
Desde la plataforma contra la llegada del festival a la zona no ven claros estos dos últimos puntos. Respecto a la llamada "Ciudad de la Música" alegan que "se supone que quieren hacer unas salas de ensayos" pero que "ese proyecto no existe". Sobre el cuidado con los ruidos creen que "no hay ningún tipo de protección ambiental": "Van a ser cuatro vallas que se van a colocar y ya está".
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Relatan que han tenido problemas para ser atendidos por los organismos locales y que nadie les ha enseñado "el proyecto medioambiental ni el de movilidad", algo relevante debido a que el polígono clave tiene calles en una sola dirección que colapsarían.
Fuentes municipales informan de que se han reunido ya cuatro veces con los vecinos de la Colonia Marconi y que desde Mad Cool les han prometido unas obras que buscan que el ruido no llegue a los vecinos. Recuerdan, además, que en la edición del año pasado "no se recibió ninguna denuncia".