Exterior del cementerio musulmán de Griñón de Madrid.

Exterior del cementerio musulmán de Griñón de Madrid. Google

Sociedad

Los 300.000 musulmanes de Madrid no tienen donde los entierren tras cerrar el único cementerio islámico

El camposanto musulmán más cercano está a más de 250 kilómetros después de que colmataran hace meses el de Griñón, el único de la región.

1 abril, 2023 18:04
M. Ibañez Agencias

En los cementerios musulmanes los cadáveres se colocan de costado, mirando a La Meca, se envuelven en una mortaja y se depositan directamente sobre la tierra. Los casi 300.000 musulmanes que viven en la Comunidad de Madrid no tienen donde los entierren a día de hoy siguiendo este rito islámico. El cementerio más cercano que sigue estas creencias está a más de 250 kilómetros.

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Desde hace meses los musulmanes madrileños no tienen ningún espacio en la región donde puedan ser enterrados de manera acorde a sus creencias, una situación que ha empujado a muchos ciudadanos a llevarse los restos de sus fallecidos lejos del lugar donde hicieron sus vidas, según informa EFE.

Tradicionalmente, los musulmanes de Madrid que deseaban ser enterrados por el rito islámico podían hacerlo en el cementerio musulmán de Griñón, vestigio de la dictadura, pues fue Francisco Franco quien lo mandó construir para sepultar allí a los miembros de su Guardia Mora.

Sin embargo, ese cementerio notificó su colmatación a finales de 2022. Y aunque esta circunstancia se preveía desde tiempo atrás, no había ningún plan B preparado.

El cementerio de Griñón cumplía con los requisitos de la doctrina islámica, incluyendo la orientación de las tumbas hacia La Meca, a excepción de la obligación de utilizar féretros, según obliga la normativa de sanidad mortuoria de la Comunidad de Madrid.

Ante la inacción de las instituciones madrileñas y de la Comisión Islámica Española se han iniciado, a título particular, distintas reivindicaciones para exigir que se proteja el derecho de los ciudadanos musulmanes a recibir una sepultura digna.

Proyecto pendiente

En la capital no es la primera vez que se habla de este problema. Ya en 2016, el Gobierno de Manuela Carmena valoró habilitar una parcela del cementerio Sur de Madrid, en Carabanchel, para que acogiera enterramientos de musulmanes, pero nunca se avanzó en las gestiones.

La iniciativa fue recuperada por el PSOE el año pasado, y el Pleno municipal aprobó en julio una proposición para acondicionar una parcela en el cementerio de Carabanchel.

No obstante, los partidos del Gobierno, PP y Cs, se abstuvieron en la votación, que salió adelante con los votos del ala izquierda de la oposición, Más Madrid, PSOE y Grupo Mixto. La portavoz del Ejecutivo, Inmaculada Sanz, alegó que ya había contactos con "representantes de la comunidad islámica", pero no quiso concretar la solución.

En el limbo

Una de las personas que están peleando por revertir este escenario es Maysoun Douas, concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, quien ha explicado a EFE el limbo al que se enfrentan, desde hace meses, los musulmanes que fallecen en la región.

Las alternativas en España son pocas, lejanas y, a menudo, inaccesibles, pues la mayoría de cementerios públicos sólo acogen sepulturas de residentes en la provincia donde se encuentren.

El equipo que coordina Douas ha localizado apenas una treintena de cementerios aptos para enterramientos musulmanes en todo el territorio español. Ninguno está a menos de 250 kilómetros de Madrid, y el que pone menos trabas para recibir fallecidos de cualquier punto de España es un cementerio privado ubicado en Chiva (Valencia), a más de tres horas en coche desde la capital.

Así las cosas, cabe plantearse repatriar el cuerpo a otro país de mayoría musulmana donde el fallecido pueda descansar en paz. La opción principal, en este sentido, es Marruecos, país de origen de la mayor parte de la inmigración de religión musulmana en España. Pero es una operación cara, cuyo importe alcanza sobradamente las cuatro cifras.

Además, lo lógico para ellos, insiste Douas, sería ser enterrados en el lugar que fue su hogar en Madrid, donde sus familiares puedan ir a visitar sus tumbas.

En cualquier caso, no se han comunicado avances tangibles ni por parte del Ayuntamiento ni por parte de la Comisión Islámica Española, a la que Douas señala directamente: "No está haciendo absolutamente nada", afirma la concejala, que lleva meses intentando contactar, sin éxito, con la organización.

Teniendo en cuenta la tasa de mortalidad en la Comunidad de Madrid, Douas estima que entre los musulmanes madrileños se producirán no menos de 1.500 fallecimientos este año. 1.500 muertos que, si nada cambia, tendrán que reposar lejos de casa.