Metro de Madrid planea rehabilitar la madrileña estación de Ventas para transformarla en un espacio accesible; unas obras en las que se van a instalar 6 nuevos ascensores e igualar todos los suelos al mismo nivel.
Este cambio integral, que va a costar casi 20 millones de euros y va a durar unos 2 años, también incluye la remodelación de un misterioso vestíbulo de la estación que llevaba 50 años olvidado.
¿Cuál es la historia de este vestíbulo abandonado ubicado en la madrileña estación de Ventas? Julio Rubio, responsable técnico operativo de la línea 5 del Metro de Madrid, narra la historia de este misterioso espacio que ha permanecido abandonado hasta el día de hoy.
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"En origen, este vestíbulo ya estaba proyectado cuando se inaugura el primer tramo de la estación en 1924. En principio, este espacio iba a ser solo de salida, para que los viajeros llegaran directamente a la plaza de toros, que finalmente abrió sus puertas un tiempo después: en 1931", cuenta Rubio. También afirma que "este vestíbulo estuvo funcionando hasta los años 60, pero cada vez se usaba menos porque los espacios y las entradas principales daban cobertura de sobra a los viajeros, incluso los días que había eventos".
Rubio cuenta que este espacio "se cierra ya de manera definitiva en los años 80, cuando se vio que no tenía ningún uso, porque ya había cobertura de sobra en esta estación cualquier día del año y en cualquier circunstancia". El responsable técnico de Metro también apunta que a final "se trataba de un vestíbulo auxiliar que solo se usaba en eventos", pero lo curioso es que se dejara de utilizar, puesto que "este espacio daba un acceso directo a la plaza toros".
Una joya del pasado
Julio Rubio también cuenta que se trata de un espacio que "nunca nadie se había planteado rehabilitar por el hecho de que no tenía ninguna utilidad". Pero también señala que se trata de "una joya que refleja cómo se trabajaba en Metro en la antigüedad". Afirma que antes "todo era manual, había muy pocas máquinas y la contabilidad se hacía en la propia estación al final del día". Y como los tiempos han cambiado, "ahora el personal tiene funciones muy distintas y todo se ha automatizado".
Además, tal y como cuenta Rubio, se trata de un espacio con un gran interés cultural "puesto que refleja la estética de los años 60, que fue la última década en la que se restauró este espacio, antes de que se dejara de usar de manera definitiva". En sus palabras: "para esta nueva rehabilitación se ha decidido mantener la estética de los 60, puesto que ya existen otras estaciones que mantienen la que había en los años 20, como es el caso de la estación de Metro de Progreso, actual Tirso de Molina."
Este vestíbulo pasa ahora a formar parte de Andén Cero, una iniciativa de museos suburbanos que incluyen la famosa estación de Chamberí, la Nave de Motores o el vestíbulo de Pacífico, todos ellos obra del famoso arquitecto Antonio Palacios. Un espacio que estaba abandonado y se convierte en un museo que supone un viaje al pasado y que, tras su remodelación, cualquiera podrá visitar.
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