A ritmo de música y batucadas, un ambiente festivo y a más de 30 grados, el corazón de la capital ha celebrado este sábado la multitudinaria manifestación del Orgullo, el gran evento central del colectivo en la capital. 46 carrozas, banderas arcoíris y trans y 800.000 personas han abarrotado el Paseo del Prado y Recoletos y han reivindicado Madrid como la ciudad de la "seguridad" y el "respeto a la diversidad" en la que ciudadanos de toda España celebran los "derechos conquistados".
La marcha ha arrancado a las 19:12 horas en la Glorieta de Carlos V y ha concluido sobre las 22 horas en la Plaza de Colón, donde se ha leído el manifiesto. No ha sido un desfile del Orgullo cualquiera. La manifestación se ha celebrado en un insólito ambiente electoral, cuando apenas faltan poco más de tres semanas para la cita con las urnas el 23-J. Si ya eran habituales las reivindicaciones políticas en ediciones pasadas, en esta marcha han resonado con mucho más fuerza.
Por eso, Urge Sangil, la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (Felgtbi+), organizadora del Orgullo, ha pedido votar a las "aliadas" del colectivo el 23-J. "Sabemos quiénes están fomentando derechos en contra del colectivo", ha advertido. "Es la primera vez que vemos cómo nuestros derechos están siendo amenazados de una forma muy clara en mucho tiempo", ha alertado el presidente del Colectivo de Lesbianas, Gay, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), Ronny de la Cruz Carbonell. Entre las pancartas portadas por los asistentes, destacaban aquellas a favor de la gestación subrogada.
Pero en medio de ese clima político, ha reinado la fiesta y el sonido de las batucadas, que por momentos impedían escuchar las proclamas reivindicativas. Entre los participantes, se han visto a parejas y personas que forman parte de este amplio colectivo, además de familiares orgullosos de los suyos y amigos. También se han visto personajes pintorescos, como un hombre completamente desnudo, con el cuerpo pintado de color oro y un sombrero. Todo ello, al compás de himnos musicales míticos para el colectivo, como 'A quien le importa' de Alaska y Dinarama; 'Todos me miran' de Gloria Trevi, 'Dime', 'Desátame' de Mónica Naranjo o 'Para hacer bien el amor' de Raffaella Carrà.
El festejo no sólo ha atraído a ciudadanos de otras regiones de España, también se han visto a numerosas personas procedentes de otros países. En total, según los convocantes, la marcha ha reunido a millón y medio de personas. Aunque la Delegación de Gobierno, en cambio, ha cifrado en 800.000 el número de asistentes.
La cabecera, presidida con una pancarta con el lema 'Por nuestros derechos, por nuestras vidas y con Orgullo', ha estado presidida por representantes del Gobierno, como los ministros Félix Bolaños (Presidencia), Grande-Marlaska (Interior) y Diana Morant (Ciencia e Innovación), o Yolanda Díaz (líder de Sumar y ministra de Trabajo). El PP, en cambio, ha enviado a 'segundas espadas' a la marcha. Irene Montero, ministra de Igualdad, ha evitado participar en la carretera y se ha subido a la carroza de Podemos.
En esta edición, además, una segunda pancarta de cabecera ha reunido a representantes de la sociedad civil. No han faltado celebridades del sector del mundo del cine y la música, como Blanca Paloma, o de la televisión, como Anabel Pantoja.
En todo momento, el desfile ha estado vigilado por un amplio dispositivo policial, con drones y 3.726 agentes, más del doble que el año pasado. La fuerte presencia policial se han notado sobre el terreno. Los agentes, incluso, han sido protagonistas de uno de los momentos más divertidos de la marcha, cuando una agrupación ha sido vitoreada por los asistentes.
El manifiesto pronunciado en Colón ha sido un claro alegato con tintes electorales. En el discurso, representantes del colectivo han alertado sobre los peligros de los "gobiernos ultra" y han llamado al voto el 23-J para evitar las "humillaciones" y los "insultos" a las personas LGTBI. El texto leído en la plaza madrileña ha incluido, además, referencias veladas contra Vox y contra la socialista Carmen Calvo, muy criticada también entre los asistentes.