El coche con el que el kamikaze de Paseo de Extremadura atropelló mortalmente a dos ancianos no tenía seguro. Así lo constata un informe de la Jefatura Provincial de Tráfico de Madrid, incluido en el sumario del caso, al que ha tenido acceso este periódico.
Los hechos ocurrieron el pasado 27 de abril, pasada la una de la tarde. Al volante de su Mercedes C 200 plateado, Pedro Villanueva Sanabria huía de la Guardia Civil, después de que dos agentes le dieran el alto. Tras varios kilómetros a toda velocidad, adelantando a otros vehículos en zigzag, acabó embistiendo fatalmente a su primera víctima, de 72 años, a la altura del número 154 del Paseo.
El coche no detuvo su marcha y metros más adelante se cobró la vida de un hombre de 81 años. El reguero de sangre de una de las víctimas superó los 9,5 metros de longitud, tal y como recoge otro informe policial. Uno de los zapatos del fallecido salió disparado a 20 metros de distancia, lo que constata la magnitud del impacto, que destrozó la luna delantera y uno de los retrovisores del Mercedes color plata. Pese a ello, los airbags del automóvil no actuaron en ningún momento.
"Consultado el Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT), según datos del Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA), no consta seguro en la fecha indicada del vehículo con matrícula [omitido]", reza el documento policial, que ya ha sido enviado al Juzgado de Instrucción número 27 de la capital, el encargado de la investigación.
El informe de la Jefatura de Tráfico también advierte de que Villanueva no tenía permiso de conducir cuando sucedieron los hechos. Le había sido retirado unos meses atrás tras haber perdido todos los puntos.
[La Policía acusa a Pedro, el kamikaze del atropello, de dos delitos de homicidio y 5 de lesiones]
En el vehículo, además de Pedro, viajaba su mujer, Remedios, de 25 años, con la hija de ambos en brazos, un bebé de sólo nueve meses. De hecho, la fuga comenzó en la carretera M-406, cuando la Guardia Civil dio el alto al Mercedes C 200 al ver a la pequeña en el regazo de su madre.
Tal y como adelantó Madrid Total, la sección local de EL ESPAÑOL, Villanueva emprendió su huida, ya que tenía varios catalizadores robados en el maletero y el bebé viajaba sin sillita, lo que constituye una infracción. Los había hurtado esa misma mañana, en Alcorcón y Aluche.
El robo de catalizadores se ha incrementado. De hecho, el kamikaze acumula un abultado historial delictivo, que incluye el robo de estas piezas, cuyo interior contiene metales preciosos —como rodio, paladio o platino— que los delincuentes extraen para vender en el mercado negro.
Samuel, el primo de la esposa de Pedro, viajaba en el asiento del copiloto, junto a éste. Los informes policiales incluidos en el sumario describen la conducción del Mercedes C 200 como "muy agresiva" y "manifiestamente temeraria". En zonas limitadas a 100 kilómetros por hora, superaba los 170 km/h.
Tras la persecución, Pedro detuvo el vehículo en la esquina del Paseo de Extremadura con la calle Saavedra Fajardo y emprendió la huida a pie. Remedios y Samuel sí fueron detenidos entonces y la mujer y la bebé fueron atendidas por una dotación del Samur. Pero el conductor logró esquivar a los agentes y desaparecer por unas horas.
El kamikaze acabó entregándose en comisaría pasadas las ocho de la tarde, acompañado de su abogado. A diferencia de sus dos parientes, que fueron puestos en libertad, Pedro continúa a día de hoy en prisión provisional.
En su primera declaración ante la Policía —desvelada por este periódico—, Pedro aseguró que le fallaron los frenos. Reconoció los atropellos, pero alegó que se trató de un doble homicidio imprudente. Los investigadores ultiman un exhaustivo informe sobre el vehículo para comprobar si fue así.
Por el momento, el juez investiga a Pedro Villanueva por un supuesto delito de conducción temeraria con consciente desprecio para la vida de los demás, dos delitos de homicidio, dos más de abandono del lugar de accidente y cuatro de lesiones.