"¿Habéis grabado a los muertos?", preguntan unos niños que se arremolinan en torno a los periodistas en la calle Félix Rodríguez de la Fuente. La tragedia golpeó el pasado jueves al madrileño barrio de Moratalaz, un lugar humilde y de gente trabajadora. Aquí, en una vivienda ubicada enfrente del famoso 'Ruedo', aparecían los cadáveres de dos vecinos en avanzado estado de descomposición por el calor y, al menos, el cuerpo de la mujer, con signos de violencia.
Fueron unos vecinos del inmueble los que alertaron a la Policía, pues desde el piso de las víctimas se desprendía un extraño olor. A su llegada hacia las 14:00 horas, los agentes llamaron a la puerta, pero como nadie abría, tiraron la puerta abajo y encontraron una escena que podría haber sido sacada de una película de terror. En distintas habitaciones se encontraban los cadáveres de una mujer, Soledad, de 51 años, y de un hombre, Antonio, de 62.
Hasta el lugar se desplazaron los agentes de la Policía Científica y del Grupo V de Homicidios, que se hicieron cargo de la investigación y mantuvieron abiertas todas las hipótesis. Finalmente, se confirmó la que sonaba con más fuerza: se trata de un nuevo caso de violencia de género.
El hombre mató a la mujer y después se quitó la vida con una pistola de bala cautiva encontrada junto a su cadáver. Este tipo de armas son utilizadas para aturdir o sacrificar animales de forma rápida a través de un perno o clavo que, aplicado en la cabeza, daña al cerebro y provoca graves heridas e incluso la muerte.
Se especulaba que esta pistola era el instrumento del crimen, puesto que no se encontraron ni cuchillos ni otras armas en la casa. Además, se acreditó que él falleció horas después que su mujer, lo que reforzaba la principal tesis de un nuevo caso de violencia de género.
El suceso había sucedido hace ya días, pues ningún familiar o amigo de las víctimas había denunciado su desaparición y tampoco existían indicios en las últimas horas que levantaran las sospechas de que había dos cadáveres en un piso de la calle Félix Rodríguez de la Fuente.
"No vamos a contar nada", le dijeron a este periodista un corrillo de personas que estaban cerca de la puerta del inmueble y segundos antes estaban visiblemente emocionados y abrazándose. "Si os preguntan, no contéis nada, solo a la Policía", afirmaba una de las mujeres de este grupo.
Mientras tanto, varios vecinos de 'El Ruedo' contemplaban las puertas del inmueble en el que tuvo lugar este suceso y hacían sus pesquisas de qué había podido suceder. "Si es quien yo creo, era un hombre realmente raro y la tenía a ella amenazada", afirmaba una vecina. "Cuando paseaba a los perros, él miraba muy mal a los niños", señalaba otra vecina.
Sobre las 20:15 horas, se cerraban las puertas del coche de la funeraria con los dos cadáveres en su interior. Las autoridades habían aparcado este vehículo para que los vecinos no pudieran llegar a ver los cadáveres y así satisfacer su curiosidad.
"Oye, os vendemos estos vídeos por 100 euros", decían unos jóvenes a los periodistas. En sus móviles, se podía ver el momento en el que las autoridades introducían los cadáveres en el vehículo de la funeraria. Unos vídeos tomados desde una de las plantas más altas de 'El Ruedo' en los que se puede ver el fatal desenlace de este nuevo caso de violencia de género.